Hace poco tiempo, la costa asturiana guardaba un descubrimiento increíble en sus acantilados: restos de un dinosaurio gigantesco. Esta semana, el equipo de expertos del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) logró trasladar con éxito una parte fundamental de ese esqueleto, que perteneció a un saurópodo de unos 20 metros de largo.
Descubrimiento en España "de relevancia mundial" deja sin habla a paleontólogos
Un hallazgo en los acantilados de Ribadesella, Asturias, saca a la luz restos que podrían cambiar lo que sabemos sobre los dinosaurios de la península ibérica.
La complejidad del trabajo, realizada en Ribadesella, requirió el apoyo del Ejército y un helicóptero para llevar las piezas a Colunga. Los investigadores ya aseguran que la importancia del hallazgo es de alcance mundial.
El material rescatado consta de dos enormes bloques que pesan casi una tonelada cada uno. Esta mole, sumada a la dificultad que presenta el yacimiento y el valor científico de las piezas, hizo inevitable pedir ayuda al Ejército y usar un helicóptero especializado. El destino final fue el Museo del Jurásico de Asturias, donde comienza la fase de preparación y estudio de los restos.
El primer gran dinosaurio de Asturias
José Carlos García Ramos, director científico del MUJA, manifestó que la magnitud del hallazgo es enorme. El científico enfatizó: "Este hallazgo supone muchísimo, porque sería el primer gran dinosaurio que encontramos en Asturias". Encontrar los restos de este cuadrúpedo herbívoro resultó ser "una excepción" debido a las características de la costa de España, donde resulta muy complicado hallar fósiles de animales de este tamaño, explicó García Ramos. Fue un estudiante de Geología de la Universidad de Oviedo quien hizo el afortunado descubrimiento.
El equipo científico cuenta con la parte del tronco de este dinosaurio, pero todavía faltan las extremidades, el cuello y más partes del esqueleto, detalló el director del MUJA. El siguiente paso incluye realizar una prospección con georradar en el acantilado para saber cuántos restos siguen allí, antes de una nueva excavación programada para mayo o junio del próximo año. Para esta tarea, ya se confirmó que participarán expertos internacionales.
Aún existe mucha incertidumbre sobre la cantidad de material pendiente de extraer. García Ramos reconoció: "No sabemos cuánto queda todavía hasta que determinemos con el georradar cuánto hay próximo, porque puede estar muy diseminado". Sin embargo, el potencial científico del descubrimiento resulta innegable, con indicios de ser una especie nueva. Si esto se confirma, el hallazgo adquiriría una relevancia mundial y, según adelantó el experto, la nueva especie recibiría un nombre asturiano. Es probable que los restos que quedan, que podrían pesar varias toneladas, también necesiten medios aéreos para su rescate.
Los integrantes del equipo científico del MUJA —García Ramos, Laura Piñuela y Ángel García— se dedicarán durante varios meses a una tarea delicada. Primero deben limpiar los restos del gran saurio, que fueron recubiertos con escayola para protegerlos, separando el fósil de la roca sin dañarlo. Este descubrimiento es un punto de inflexión para la paleontología en la región.
Un descubrimiento de conexión prehistórico
La importancia científica de este saurópodo va más allá de lo regional. Asturias se posiciona como una "zona de tránsito clave durante el Jurásico", que conectaba Portugal con el resto de Europa, según explicó García Ramos. Estudiar estos restos ayuda a entender las conexiones que existían entre las faunas de Europa y América. Este descubrimiento abre puertas a nuevas investigaciones de paleontología.
La operación de extracción no resultó sencilla, presentando un desafío logístico y de seguridad. Aitor Navarro Gil, brigada del batallón de helicópteros número 3, describió el momento más complicado de la maniobra: enganchar la carga. El helicóptero genera vientos muy fuertes y el personal de rescate trabaja en unas piedras de manera muy inestable, un escenario que Navarro Gil describió como el de "mayor peligrosidad". La colaboración entre el Ejército, el SEPA (Servicio de Emergencias del Principado) y la Guardia Civil fue esencial para el éxito de la operación.
Vanessa Gutiérrez, consejera de Cultura, Política Llingüística y Deporte, calificó el hallazgo como un "acontecimiento histórico" y pronosticó que supondrá una "reestructuración entera del Museo". Destacó la doble función del equipamiento, como centro de investigación y de divulgación, y el atractivo global de una nueva especie. La llegada de los restos a España representa una oportunidad para atraer turistas e investigadores de todo el mundo. El experto García Ramos concluyó que el acantilado es una fuente inagotable, vaticinando que con el tiempo "necesitaremos probablemente otro museo" para albergar la enorme cantidad de fósiles que los desprendimientos continuarán exponiendo en esta zona.





