James Kennett, profesor emérito de UC Santa Barbara, lideró esta investigación publicada en PLOS One. Su equipo utilizó diez técnicas analíticas para examinar granos de cuarzo con características particulares. Estos cristales mostraron fracturas llenas de vidrio, iguales a las que se forman durante explosiones nucleares o meteoritos que impactan la superficie terrestre.
"Estos granos aparecen junto con concentraciones de platino, vidrio fundido y nanodiamantes", explicó Kennett. La combinación forma la "capa negra", una marca que quedó grabada en sedimentos de múltiples lugares del hemisferio norte. Esta civilización dominaba gran parte del territorio americano.
El descubrimiento respalda la Hipótesis de Impacto del Dryas Reciente. Los críticos argumentaban que la falta de un cráter hacía imposible confirmar esta explicación. Las pruebas microscópicas ofrecen una respuesta contundente.
Los fragmentos del cometa explotaron en la atmósfera y generaron presiones extremas que transformaron la estructura molecular del cuarzo. "Las fracturas llenas de sílice fundida se reportan únicamente en capas de meteoritos", escriben los autores.
El fin de una era y el inicio de una catástrofe climática
cometa
El impacto del cometa fue letal para humanos y animales por igual, según marca el descubrimiento.
La explosión cósmica desencadenó incendios masivos y provocó un enfriamiento abrupto del planeta. Este período, conocido como Dryas Reciente, duró 1.300 años y transformó el clima terrestre. Las temperaturas descendieron, los glaciares avanzaron y los ecosistemas colapsaron.
"Se desató el infierno", describió Kennett. La civilización Clovis no pudo adaptarse a estos cambios drásticos. Sus herramientas de piedra y técnicas de caza quedaron enterradas bajo sedimentos oscuros.
Los mamuts lanudos y otros animales gigantes también sucumbieron. La megafauna que había sobrevivido a glaciaciones anteriores no resistió la combinación de cambio climático, incendios y alteración de hábitats.
Los descubrimientos conectan evidencia física de un impacto con registros arqueológicos establecidos. Los investigadores demostraron que las fechas de los tres sitios coinciden con el rango de edad predicho.