Sin embargo, el viaje inaugural entre Southampton y Nueva York del Titanic terminó en tragedia tras chocar con un iceberg en el Atlántico Norte. Más de un siglo después, su historia continúa fascinando a historiadores, investigadores y al público general, quienes aún buscan respuestas sobre lo que realmente ocurrió aquella noche fatídica.
Cuando el Titanic zarpó en 1912, a bordo viajaban aproximadamente 2.224 personas entre pasajeros y tripulantes. Esta cifra incluye a personas de distintas clases sociales que estaba en el barco. Desde millonarios y celebridades en primera clase, hasta inmigrantes en busca de un nuevo comienzo en tercera clase.
También se encontraba una tripulación compuesta por marineros, camareros, cocineros e ingenieros. La tragedia ocurrió en la madrugada del 15 de abril de 1912, y se estima que murieron más de 1.500 personas, lo que convierte al hundimiento del Titanic en uno de los desastres marítimos más mortales en tiempos de paz.
La cifra de personas a bordo del Titanic no solo sirve como dato histórico, sino que refleja las dimensiones humanas de la tragedia. Saber cuántos viajaban permite comprender mejor la magnitud del desastre y la desigualdad social que marcó su desenlace. De las más de 2.200 personas a bordo, las tasas de supervivencia fueron drásticamente diferentes según la clase social. Alrededor del 62% de los pasajeros de primera clase sobrevivieron, frente al 25% de tercera clase. Además, la tragedia provocó un cambio radical en las normativas de seguridad marítima.
Tras el hundimiento, se establecieron medidas obligatorias como suficientes botes salvavidas para todos, entrenamientos de emergencia y vigilancia constante de icebergs. El Titanic se transformó en un símbolo de advertencia y aprendizaje para la navegación moderna, recordando que la confianza excesiva en la tecnología puede tener consecuencias trágicas.