Con solo echar una rápida ojeada por la Literatura Española, veremos que el asunto que nos ocupa ha merecido ser tratado de un modo más o menos directo. De eso se trata popularizar dichos y conocer qué significan. Hoy te contamos el caso de un popular refrán.
Un refrán vale más que mil palabras, de hecho, uno se considera que es bueno, principalmente si está bien usado y si es oportuno. Pero muchas veces esto no es propiedad exclusiva de la cultura argentina, los orientales también tienen sus refranes, los árabes y judíos, los pueblos mediterráneos.
El refrán es la voz del pueblo, su identidad, su pensamiento. Por eso los refranes no envejecen nunca, son siempre nuevos y vigentes, tan válidos ayer como hoy. Por esto si los hay amargos, radicales, sonrientes, incómodos, vulgares, nostálgicos o generosos es sencillamente porque tenemos momentos de todo esto. El refrán critica, enseña, consuela, advierte o afea.
En este sentido, algunos suelen encerrar la sabiduría de generaciones pasadas y transmiten enseñanzas que se mantienen vigentes hasta hoy. Una de las frases más conocidas en el mundo hispano es “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, una advertencia cargada de simbolismo que ha trascendido fronteras y épocas.
¿Qué significa este refrán?
La expresión “cría cuervos y te sacarán los ojos” se utiliza para señalar la ingratitud de aquellas personas a las que se les ayuda, protege o favorece, pero que luego actúan en contra de quien les tendió la mano. En otras palabras, advierte sobre el riesgo de confiar demasiado o entregar apoyo a alguien que, en lugar de agradecer, puede traicionar o perjudicar.
Este dicho suele aplicarse en situaciones familiares, laborales o de amistad, cuando alguien devuelve mal por bien. Es un recordatorio de que la bondad no siempre garantiza lealtad y que es necesario ser prudente con quienes se elige ayudar.
El refrán tiene raíces en la observación popular y en la tradición literaria española. Se asocia al comportamiento del cuervo, un ave considerada astuta y oscura en varias culturas. En la Edad Media, los cuervos eran vistos como animales de mal agüero, relacionados con la muerte y la traición.
Hoy en día, “cría cuervos y te sacarán los ojos” sigue siendo un refrán vigente y se aplica en múltiples contextos. Desde un socio que traiciona la confianza, hasta un hijo o allegado que no valora los sacrificios recibidos, la frase funciona como un recordatorio de que no siempre quienes reciben ayuda la sabrán agradecer.





