Populares argentinos

Qué significa el popular refrán "Menos averigua Dios y perdona"

Los dichos y refranes que se utilizan a toda hora son un ejemplo del ingenio popular. Hoy te revelamos qué significa "Menos averigua Dios y perdona"

Con solo echar una rápida ojeada por la Literatura Española, veremos que el asunto que nos ocupa ha merecido ser tratado de un modo más o menos directo. De eso se trata popularizar dichos y conocer qué significan. Hoy te contamos el caso de un popular refrán.

Un refrán vale más que mil palabras, de hecho, uno se considera que es bueno, principalmente si está bien usado, si es oportuno y si saca una sonrisa. Pero muchas veces esto no es propiedad exclusiva de la cultura argentina, los orientales también tienen sus refranes, los árabes y judíos, los pueblos mediterráneos

El refrán es la voz del pueblo, su identidad, su pensamiento. Por eso los refranes no envejecen nunca, son siempre nuevos y vigentes, tan válidos ayer como hoy. Por esto si los hay amargos, radicales, sonrientes, incómodos, vulgares, nostálgicos o generosos es sencillamente porque tenemos momentos de todo esto. Si el refrán es vida, por ello critica, enseña, consuela, advierte o afea.

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Los dichos y refranes que se utilizan a toda hora son un ejemplo del ingenio popular, y en Argentina hay muchos, claro

Los dichos y refranes que se utilizan a toda hora son un ejemplo del ingenio popular, y en Argentina hay muchos, claro

En la sección de hoy, vamos a desentrañar el significado oculto de una frase que se escucha mucho: "Menos averigua Dios y perdona"

El popular refrán argentino: qué significa "Menos averigua Dios y perdona"

En el vasto repertorio de frases y dichos populares, uno de los más repetidos en contextos cotidianos es: “Menos averigua Dios y perdona”. Este refrán, cargado de sabiduría popular, refleja una enseñanza sobre la discreción, el perdón y la importancia de no indagar demasiado en asuntos ajenos.

Aunque no existe una fecha exacta de origen, el refrán proviene de la tradición oral española y latinoamericana. Su estructura remite a la visión religiosa de un Dios omnisciente y misericordioso, que todo lo sabe, pero, en lugar de buscar culpables, elige perdonar.

Con el tiempo, esta expresión se trasladó al lenguaje cotidiano para señalar que, a veces, es mejor no preguntar demasiado ni insistir en ciertos temas, ya que conocer todos los detalles podría traer conflictos innecesarios.

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Este refrán es una manera de "rechazar" a los "preguntones", de decirles que están inmiscuyéndose en algo que no les incumbe. En la figura, Dios, sin necesidad de tanta "preguntadera", tiene a bien perdonar, de todos modos

Este refrán es una manera de "rechazar" a los "preguntones", de decirles que están inmiscuyéndose en algo que no les incumbe. En la figura, Dios, sin necesidad de tanta "preguntadera", tiene a bien perdonar, de todos modos

De acuerdo con la Facultad de Periodismo y Comunicación social, este refrán significa: "Frase que expresa la idea de que, hasta el mismo Dios perdona a quienes somos pecadores, sin necesidad de conocer nada más que nuestro arrepentimiento, por lo cual nadie puede exigirnos saber más de nosotros. La frase habría sido la respuesta de un diácono al cura -célebre este, por su gran apego a las monedas- quien una vez le preguntó de dónde había sacado dinero para hacer las compras para la parroquia".

Ejemplos de uso en la vida cotidiana

Los refranes se han arraigado de manera profunda en el habla cotidiana y estos son algunos ejemplos:

  • Cuando alguien cuestiona en exceso a su pareja: “Déjalo ya, menos averigua Dios y perdona”.
  • En un conflicto familiar, cuando se quiere hurgar en viejas discusiones: “No le busques tanto, menos averigua Dios y perdona”.
  • En ambientes laborales, cuando se prefiere evitar chismes: “No indagues más, menos averigua Dios y perdona”.

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