refranes argentinos
Los dichos y refranes que se utilizan a toda hora son un ejemplo del ingenio popular, y en Argentina hay muchos, claro
En la sección de hoy, vamos a desentrañar el significado oculto de una frase que se escucha mucho: "Menos averigua Dios y perdona"
El popular refrán argentino: qué significa "Menos averigua Dios y perdona"
En el vasto repertorio de frases y dichos populares, uno de los más repetidos en contextos cotidianos es: “Menos averigua Dios y perdona”. Este refrán, cargado de sabiduría popular, refleja una enseñanza sobre la discreción, el perdón y la importancia de no indagar demasiado en asuntos ajenos.
Aunque no existe una fecha exacta de origen, el refrán proviene de la tradición oral española y latinoamericana. Su estructura remite a la visión religiosa de un Dios omnisciente y misericordioso, que todo lo sabe, pero, en lugar de buscar culpables, elige perdonar.
Con el tiempo, esta expresión se trasladó al lenguaje cotidiano para señalar que, a veces, es mejor no preguntar demasiado ni insistir en ciertos temas, ya que conocer todos los detalles podría traer conflictos innecesarios.
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Este refrán es una manera de "rechazar" a los "preguntones", de decirles que están inmiscuyéndose en algo que no les incumbe. En la figura, Dios, sin necesidad de tanta "preguntadera", tiene a bien perdonar, de todos modos
De acuerdo con la Facultad de Periodismo y Comunicación social, este refrán significa: "Frase que expresa la idea de que, hasta el mismo Dios perdona a quienes somos pecadores, sin necesidad de conocer nada más que nuestro arrepentimiento, por lo cual nadie puede exigirnos saber más de nosotros. La frase habría sido la respuesta de un diácono al cura -célebre este, por su gran apego a las monedas- quien una vez le preguntó de dónde había sacado dinero para hacer las compras para la parroquia".
Ejemplos de uso en la vida cotidiana
Los refranes se han arraigado de manera profunda en el habla cotidiana y estos son algunos ejemplos:
- Cuando alguien cuestiona en exceso a su pareja: “Déjalo ya, menos averigua Dios y perdona”.
- En un conflicto familiar, cuando se quiere hurgar en viejas discusiones: “No le busques tanto, menos averigua Dios y perdona”.
- En ambientes laborales, cuando se prefiere evitar chismes: “No indagues más, menos averigua Dios y perdona”.