La autorización para la vuelta de los chicos a las aulas ha impactado de formas diferentes en las distintas modalidades de enseñanza en Mendoza. Los colegios privados aún no han comenzado a recibir a los alumnos en forma presencial.
La autorización para la vuelta de los chicos a las aulas ha impactado de formas diferentes en las distintas modalidades de enseñanza en Mendoza. Los colegios privados aún no han comenzado a recibir a los alumnos en forma presencial.
Así lo explicaron Arnaldo Sánchez, de la Asociación de Colegios Privados de Mendoza y Fernando Bertonatti, apoderado legal de las escuelas del Arzobispado.
Ambos coinciden en que en los colegios privados están trabajando en los protocolos para que comiencen a asistir, la próxima semana, los alumnos con mayores dificultades y los alumnos de los últimos años de cada ciclo.
En el caso de la conveniencia de la vuelta a clases presenciales, Sánchez manifestó que, si bien están poniendo a punto los requisitos solicitados por el protocolo de apertura de las escuelas y cumplirán con esta instancia de presencialidad, piensan que serán más las dificultades que los beneficios que se obtendrán por la vuelta a clases a esta altura del año.
Será una complicación para los administradores de cada colegio poner a punto los edificios y para los docentes la vuelta a las aulas apenas por 15 o 20 días de actividad presencial, más que una oportunidad para los alumnos de retornar a las aulas.
En cuanto a Bertonatti, su planteo fue diferente, ya que reivindicó la presencialidad como una forma de revinculación de los chicos, y de superación, en parte, de los efectos del aislamiento.
En cuanto a los docentes, según dijo Bertonatti hay un buen ánimo por la vuelta a las aulas y los padres, por su parte, han respondido con mucho entusiasmo porque quieren que sus hijos hagan algún tipo de cierre del año.
Sobre los jardines maternales, Sánchez manifestó que no ha habido gran repercusión entre los padres con respecto a enviar a los más chiquitos al jardín en forma presencial.
Bertonatti explicó que el Arzobispado sólo tiene un jardín maternal a cargo, en el que también se están organizando para que los más chiquitos vuelvan al jardín.
"Nuestro jardín está en un contexto de vulnerabilidad. por lo que nunca estuvo cerrado del todo. No recibía presencialmente a los chicos, pero el jardín funcionó asistiendo a las familias, con comida, recursos y sostenimiento afectivo. Estamos completando los protocolos para que puedan volver a la presencialidad los más chiquitos".