Ingredientes
El primer paso para poder limpiar una olla quemada es retirar todo el resto de comida que puedas. El siguiente paso será cubrir toda la base de la olla con 2 cucharadas de sal (en lo posible fina) y cubre con agua caliente (aproximadamente 1 centímetro de alto) y deja actuar y reposar durante unos 15 o 20 minutos.
Pasados los 20 minutos de reposo, retira el agua y comienza a frotar con un cepillo de cerdas duras o con una esponja de acero. Si aún quedas restos de comida pegada, repite los pasos anteriores.
En caso de que la olla sea de acero inoxidable, te aconsejamos reemplazar el agua caliente por vinagre blanco. Para hacerlo, cubre el fondo con vinagre y poner la olla a hervir durante cinco minutos.
Pasados los 5 minutos, apaga el fuego y deja que el vinagre se enfríe. Frota la comida adherida al fondo con una esponja o con un cepillo suave. A continuación, espolvorea el bicarbonato de sodio para eliminar los restos que estén muy adheridos. Cubre con agua y vuelve a encender el fuego, espera a que hierva y retira la olla.
Frota el fondo de la olla con un cepillo y listo. Si las paredes de la olla también están quemadas, llenar la olla de agua y agregar ½ taza de bicarbonato. En caso de que estos trucos no funcionen, añade un poco de lavandina con agua y lleva la olla al fuego. Tendrás que tener mucho cuidado para no respirar el vapor que saldrá de la olla.
Cuando el agua con lavandina hierva, retira la olla del fuego y espera a que se enfríe. Frota el fondo de la olla con una esponja y listo.