El verano está a la vuelta de la esquina, y ya que se están sintiendo las altas temperaturas, las cuales nos invitan a usar prendas más cortas y un calzado más fresco como las sandalias.
El verano está a la vuelta de la esquina, y ya que se están sintiendo las altas temperaturas, las cuales nos invitan a usar prendas más cortas y un calzado más fresco como las sandalias.
En la siguiente nota te enseñaremos un truco casero para que puedas limpiar tus sandalias y quitarles las marcas que suelen aparecer debido al sudor, la tierra y la suciedad.
El primer paso para poder limpiar tus sandalias correctamente es retirar el exceso de polvo y tierra. Para ello podrás ayudarte con un trapo seco y limpio, o con un cepillo de cerdas suaves.
A continuación podrás hacer una mezcla casera usando bicarbonato de sodio, agua tibia y sal. Te aconsejamos tener a mano un cepillo de dientes viejo y gastado, un paño de microfibra y un par de guantes de látex.
En un vaso pequeño, vierte 1/2 vaso de agua tibia salada y ve agregando bicarbonato de sodio hasta crear una pasta semi espesa. Una vez conseguida la mezcla, aplica la misma con un cepillo de dientes sobre la plantilla de la sandalia, siempre con movimientos circulares. A continuación, humedece un trapo limpio con agua y quita los restos del bicarbonato de sodio con mucho cuidado.
Para poder limpiar la suela de la sandalia, te aconsejamos hacerlo con una gamuza de microfibra y agua. Humedece la gamuza y retira los restos de suciedad y manchas que pudieran tener las tiras o los adornos de tus sandalias.
Te aconsejamos no mojar el exterior de tus sandalias (tiras, hebillas y similares), ni aplicar jabones o productos químicos ya que podrías deformarlas o quitarles el color natural. Para finalizar, cepilla la suela del calzado para retirar los restos de tierra que pueda contener.
Una vez que hayas limpiado tanto el interior como el exterior, deja que las sandalias se sequen al aire libre pero sin que esté en contacto directo con el sol.