A la hora de fomentar el crecimiento de las plantas dentro de tu jardín, uno de los secretos es el de aflojar la tierra de las mismas, y lo cierto es que puedes hacerlo de diferentes formas, sin la necesidad de realizar tanto esfuerzo.
A la hora de fomentar el crecimiento de las plantas dentro de tu jardín, uno de los secretos es el de aflojar la tierra de las mismas, y lo cierto es que puedes hacerlo de diferentes formas, sin la necesidad de realizar tanto esfuerzo.
En concreto, una planta que tiene su tierra blanda absorbe nutrientes más fácilmente y, al mismo tiempo, la circulación del agua y aire se da de otra manera.
Para lograr este objetivo que trae grandes beneficios, una de las técnicas más utilizadas es la de la aireación. Usa un tenedor de jardín, un rastrillo o incluso un lápiz para remover y aflojar la capa superficial de tierra compactada. Deberás hacerlo con cuidado para no dañar las raíces del ejemplar.
Asegúrate de que el sustrato esté bien drenado. A veces, el agua puede no llegar al centro de la maceta si la tierra está muy seca y apelmazada, lo que provoca un endurecimiento de la tierra.
Otra de las soluciones es la de añadir materiales sueltos en la tierra de tu planta. Estos componentes aumentan la porosidad del sustrato, permitiendo una mejor circulación de aire y agua. Algunos de los materiales recomendados son la perlita y la vermiculita, por nombrar algunos ejemplos.
Puedes introducir una o dos lombrices rojas de California en la maceta de la planta, ya que sus movimientos y excrementos ayudan a airear y mejorar la estructura de la tierra.
Si nada de esto funciona, la solución es empezar de cero. Todo lo que tienes que hacer es trasplantar la planta a otra maceta que cuente con un sustrato fresco y bien aislado.