El mirto de tallos angulares crece cerca de cursos de agua en los bosques secos de Australia. Este pequeño árbol produce frutos carnosos que alimentan murciélagos y aves locales. Sus hojas brillantes y tallos cuadrados lo distinguen de otras especies.
Desde 2010, varios factores redujeron drásticamente la población. La pérdida de hábitat, el aumento de temperaturas y una enfermedad fúngica mortal llamada óxido del mirto atacan simultáneamente a la especie. Esta enfermedad deforma las hojas, retrasa el crecimiento y disminuye la fertilidad.
Aproximadamente 300 de los 380 ejemplares restantes viven en el área de la Ciudad de Logan, en Queensland. Esta concentración geográfica hace que la especie sea extremadamente vulnerable a cualquier catástrofe local.
Los científicos reconocen que necesitan actuar rápidamente. "Dado las amenazas a esta especie en la naturaleza debido a la pérdida de hábitat y especies invasivas incluyendo el óxido del mirto, esto necesita suceder rápido", explicó Hayward.
El futuro congelado de una especie
mirto australia
El plan de los científicos incluye congelar esta planta con nitrógeno líquido para preservarla.
Los investigadores desarrollan un método que implica congelar tejidos vegetales a temperaturas de menos 196 grados Celsius. Hayward y Jingyin Bao, estudiante doctoral de la Universidad de Queensland, se enfocan en preservar las puntas de brotes del árbol.
El proceso comienza cultivando brotes estériles en un gel nutritivo. Los científicos cosechan las puntas antes de tratarlas con una solución especial que evita que se formen cristales de hielo dañinos durante la congelación.
Bao ya probó esta técnica con el mirto dulce, una especie relacionada, y logró una tasa de supervivencia del 100%. "Estamos transfiriendo esto a gonoclada con cierto éxito y seguimos trabajando para mejorar la supervivencia", indicó Hayward sobre los avances con el mirto de tallos angulares.