Crianza digital

Celular, dependencia y frustración: el pacto entre padres que expuso una crisis silenciosa

Padres acuerdan retrasar el celular y las redes, en medio de un debate que expone la dependencia temprana y el rol de los adultos. El caso australiano

“Mamá, todos tienen celular y yo no”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase a lo largo del año? Los adultos sabemos que el “todos” no es tan “todos” pero el niño se la juega.

Cree, además, que tener un celular propio es necesario y hará todo lo que esté a su alcance por convencernos. Nosotros sabemos que esa necesidad no es tal, pero aún así… caemos.

Por eso un grupo de padres del colegio San Nicolás –que prohibió el uso de celulares a menores en la institución- ideó lo que llamaron Pacto parental, un acuerdo entre pares que tiene por objeto retrasar la entrega de un dispositivo propio al menos hasta los 13 años; y la autorización para el uso de redes sociales al menos hasta los 16.

celulares adolescentes
El pacto entre padres busca retrasar la entrega de un celular propio y el uso de redes sociales.

El pacto entre padres busca retrasar la entrega de un celular propio y el uso de redes sociales.

El “chat de mamis” (y papis) estalló. El pacto circuló de curso en curso, de colegio en colegio. Llegó a las autoridades. Generó debates, charlas profundas. Cientos de padres y madres compartieron frustraciones, debilidades, preocupaciones y estrategias.

El tema se puso sobre la mesa. Y la mayoría estamos de acuerdo: mientras más seamos los que decimos que no, más fácil será para todos.

Cinco puntos del Pacto Parental para que dejemos de fingir demencia

“Asumimos nuestra responsabilidad como cuidadores del bienestar y desarrollo integral de nuestros hijos, lo que comprende su salud física y emocional”, dice el punto uno del Pacto Parental de Espera Digital. Duro, al hueso.

“Reconocemos que la infancia y la adolescencia son etapas que necesitan presencia adulta, acompañamiento y límites claros”, reza el punto dos. Un cachetazo.

“Sabemos que la utilización temprana de teléfono celular y de redes sociales afecta la atención, el sueño, la autoestima y el bienestar emocional de nuestros hijos, exponiéndolos, además, a riesgos y presiones para las que todavía no están preparados”, afirma el punto tres del pacto.

“Reconocemos los beneficios de una niñez más libre de pantallas; lo que redunda en más juego, más movimiento, más creatividad, más diálogo y más tiempo real con la familia y los amigos, siendo estas experiencias esenciales para su crecimiento y construcción de vínculos saludables que ninguna pantalla puede reemplazar”, dice el punto cuatro de un Pacto Parental que expone al adulto sin pelos en la lengua.

celulares ninos
Reconocer los daños que genera en los niños y adolescentes el uso de celulares y redes sociales es uno de los principales puntos del Pacto Parental de Espera Digital.

Reconocer los daños que genera en los niños y adolescentes el uso de celulares y redes sociales es uno de los principales puntos del Pacto Parental de Espera Digital.

Y termina con un quinto, que explica el acuerdo y les da algo de respiro a los padres reconociendo que son varios los que están en la misma: “Por todo lo expuesto, y entendiendo que sostener límites de manera individual es difícil frente a la presión social, elegimos hacerlo en comunidad. Por tal motivo, nos unimos para acompañarnos, respaldarnos y comprometernos, colectivamente, a proteger a nuestros hijos en las etapas en las que más nos necesitan”.

El compromiso implica “retrasar al menos hasta los 13 años el primer dispositivo propio de nuestros hijos”; y con ello evitar que tengan acceso temprano a un celular que los expone a distracciones constantes, interrupciones permanentes, sobreestimulación y contenidos que aún no pueden procesar.

De la mano, ese proceso tendrá que ser acompañado con “presencia y límites claros, retirando celulares existentes si es necesario, promoviendo actividades compartidas, más juego, más movimiento, más vínculo real y menos tiempo frente a la pantalla”. ¿Mucho, no?

Y eso no es todo, el segundo compromiso también es bravo y difícil de cumplir: “No permitir cuentas ni acceso a redes sociales al menos hasta los 16 años”.

niños con celulares y redes sociales
Padres reconocen que poner límites de manera individual no es fácil y por eso apuntan a la responsabilidad colectiva.

Padres reconocen que poner límites de manera individual no es fácil y por eso apuntan a la responsabilidad colectiva.

Eso significa “retrasar su ingreso a plataformas que los exponen a situaciones y contenidos para los que todavía no tienen las herramientas emocionales necesarias”. Y, además, “acompañar este proceso con diálogo, enseñando sobre el uso responsable de la tecnología, construyendo confianza y ofreciendo alternativas reales fuera de la pantalla”.

Se trata de un pacto entre padres, un “estamos juntos en ésta, ayudame y yo te ayudo”. Claro que no es obligatorio ni habrá nadie metiéndose en nuestras casas para corroborar si lo cumplimos o no, pero al menos nos costará mirar a otras mamás a la cara si firmamos el compromiso -o ponemos pulgar arriba en el grupo o votamos en la encuesta- y flaqueamos en la resistencia.

El efecto neutralizante del celular y la falta de disponibilidad de los adultos

¿En qué punto estamos parados que tuvimos que llegar a estos pactos para frenar los efectos del uso del celular y las redes sociales?

Micaela Vera, licenciada en psicología y coordinadora de Salud Mental en el área de Salud de Luján de Cuyo, -y madre de tres- hace foco en dos factores condicionantes. El primero es la falta de disponibilidad de los adultos para acompañar la demanda actual de la crianza: “Con el celular se llenan espacios ante la dificultad de tiempo de los padres de jugar, de estar, de charlar, de acompañar. Vemos como cotidiano que niños desde muy pequeños usen un dispositivo para que el adulto pueda hacer otra cosa”.

Es el llamado “efecto neutralizante” del celular… y es atroz: “El niño no hace nada, no está triste, no está contento, no te demanda”.

El efecto inmediato es conductual pero los reales, a largo plazo, se dan en el proceso psíquico del menor: “Se da un deterioro que es irrecuperable. Y así crecen sin saber enfrentar el aburrimiento y la frustración. Y en este último caso, el que no lo desarrolló a los 4, no lo va a hacer a los 14, o es muy difícil que lo haga”.

El otro de los factores, íntimamente relacionado con el primero, es la gestión del adulto sobre el consumo de cualquier pantalla.

padres e hijos con celulares
Consumo legitimado. Los padres creemos que tenemos el control en el uso del celular de los niños... ¿Lo tenemos?

Consumo legitimado. Los padres creemos que tenemos el control en el uso del celular de los niños... ¿Lo tenemos?

“No se puede excluir al niño o adolescente del consumo, pero sí tiene que estar gestionado por un adulto”, dice la psicóloga y explica: “Aquel adulto que se dedique a gestionar el uso de la pantalla tendrá un panorama más favorable pero es indispensable que se sincere respecto de cuánto lo permite. No hay que quedarse en el ‘hago como que te lo limito pero…’”.

No puede tener el niño la responsabilidad de parar cuando a los adultos se nos pasan 10, 15, 40 minutos sin querer mirando reels.

“Los adultos nos decimos que lo limitamos –y se los decimos a otros- y nos quedamos tranquilos con eso. Pero siempre es un poquito más, media horita más o se lo vuelvo a dar cuando necesito que me deje hacer algo a mí”, agrega la profesional con un ejemplo que encaja en el día a día de la mayoría de los padres y madres.

Celular, consumo, impulsos y disociación de la realidad

“Mi hijo se pone violento cuando le digo que me dé el celular”. Otra frase en la que muchos padres se encuentran.

“Cuando el adulto hace un tope porque hubo un exceso en el uso, esa dependencia transmuta en otro consumo para sostenerlo. Se generan reales situaciones de abstinencia. Y eso, de más grande, puede derivar en tipos de consumos más peligrosos.

Dependencia, consumo, abstinencia. Palabras a las que los padres les tememos y que el uso de pantallas –celular, tablet, videojuegos- empieza a hacer más común en las charlas entre pares.

Micaela Vera lo explica desde el punto de vista de la ciencia. La pantalla genera lo que la psicología llama “personalidades dependientes”: cuando el adulto (generalmente madre o padre) no está disponible, lo reemplaza por otra dependencia.

Y además, el consumo de la tecnología disocia al que lo consume. “El niño va creyendo que la vida es así; y tiene dificultad de control de los impulsos porque se le hace imposible la realidad (que es diferente de la que conoció a través de la pantalla)”.

celular niño violento
¿Te hace berrinches cuando le querés sacar el celular?

¿Te hace berrinches cuando le querés sacar el celular?

El punto es, qué herramientas les estamos dando para que en el futuro no se aferren a consumos, cosas o personas por dependencia, especialmente en la etapa de la adolescencia cuando se da el rechazo natural a los padres y su “reemplazo” por un par.

Sobre el Pacto Parental de Espera Digital, la profesional tiene su posición: “No hay una edad clave. Mientras más se pueda retrasar el uso o entrega de un celular, mejor. Porque no todos los niños son iguales y la edad cronológica dista de la lógica”.

Y da un consejo a los padres: “Es más útil pactar sobre el uso del celular que sobre a qué edad comprárselo”. Para Vera, lo que hay que hacer como adultos es tener el control, regularlo y cumplirlo: “Te lo compro, pero solo lo usás cuando salís a comer una hamburguesa con los amigos al shopping; o solo lo usás en casa, sin redes, sin Youtube”.

La clave pasa en que la responsabilidad del uso del celular es del adulto: “No puede gestionarlo el niño”.

La realidad paralela de las redes sociales: el caso australiano

“Las redes sociales generan una realidad paralela”, explica Micaela Vera en la charla con Diario UNO. Y agrega un dato que asusta: “El 85% de los adolescentes tiene más de un perfil y disociaciones de personalidad según el mismo”.

El Pacto Parental que están firmando padres mendocinos busca retrasar al menos hasta los 16 años el acceso de adolescentes a las redes sociales. El compromiso no es caprichoso y encuentra en Australia una medida pionera en materia de regulación del uso de redes desde el Estado.

Este 10 de diciembre, estrenará el Social Media Minimum Age (SMMA), un nuevo régimen que obliga a las plataformas a impedir que los menores de 16 años tengan cuentas en redes sociales.

Se trata de una medida que coloca la responsabilidad en las empresas tecnológicas, que deberán verificar la edad de sus usuarios y dar de baja las cuentas de adolescentes por debajo de ese umbral, bajo riesgo de enfrentar multas millonarias.

Según los argumentos del proyecto que se transformó en ley, el mismo se dio como respuesta al impacto del uso temprano de redes sociales en la salud mental, el sueño y el bienestar emocional de niños y adolescentes.

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Las redes sociales pueden influir en la aparición de trastornos alimentarios en adolescentes.

Las redes sociales pueden influir en la aparición de trastornos alimentarios en adolescentes.

Australia no penaliza a las familias ni prohíbe el acceso a internet en general. Apunta específicamente a las plataformas de interacción social —como Instagram, TikTok, Facebook o Snapchat— que deberán aplicar sistemas de verificación compatibles con la privacidad de los usuarios.

Quedan fuera del régimen los servicios de mensajería como WhatsApp y también los videojuegos.

“Las redes sociales hacen estragos en la salud mental de los adolescentes”, explica Micaela Vera y lo baja a tierra: “Te prometen muchísimo y el mensaje es que todo es posible, cuando la realidad es todo lo contrario: sí hay imposibles y tenemos que saberlo para no frustrarnos”.

“En la red social siempre hay otro que te dice sí cuando en la vida te dicen que no”. De ahí la necesidad de maduración del chico para que sea capaz de discernir entre la realidad y la ficción.

“Las redes sociales son caldo de cultivo para la transgresión. El usuario –adolescente o no- arma ficciones todo el tiempo”… y muchas veces, “la realidad después se les hace insoportable”.

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