Lavar las partes de la cama parece una tarea sencilla, pero lo cierto es que muchas veces es olvidada por la mayoría de las personas. Quienes no las olvidan, lo cierto es que no cumplen con los tiempos ideales de limpieza.
Lavar las partes de la cama parece una tarea sencilla, pero lo cierto es que muchas veces es olvidada por la mayoría de las personas. Quienes no las olvidan, lo cierto es que no cumplen con los tiempos ideales de limpieza.
Las consecuencias de no limpiar las partes de la cama, como el acolchado, la almohada y las sábanas, puede ser la presencia de hongos y ácaros, lo que claramente puede afectar tu salud.
El acolchado de la cama es uno de los textiles más usados en el hogar durante el invierno, pero también uno de los que menos se lavan, y el hecho de no realizar esta tarea puede, como se dijo, afectar la calidad de tu salud respiratoria y provocar otros problemas.
Hay muchas personas que creen que con lavarlo una vez al mes alcanza, mientras que hay otras que realizan esta tarea una vez al año. En ninguno de los dos casos, la medida de tiempo es la correcta.
A diferencia de las sábanas, que se lavan con mayor frecuencia, el acolchado de la cama no necesita una limpieza semanal. Los especialistas recomiendan lavarlo entre dos y tres veces al año, de acuerdo a su uso, del clima y de si la persona que lo utiliza sufre alergias respiratorias.
Para mantener el acolchado de la cama limpio por más tiempo, lo cierto es que puedes recurrir a diferentes trucos. Ventilar en vez de lavar, usar fundas protectoras, sacudirlo con frecuencia, y evitar usarlo con la ropa que usas en la calle.
Para evitar que el acolchado de la cama junte ácaros y polvos, puedes recurrir a un sencillo truco casero, aunque menos efectivo que el lavado. Todo lo que tienes que hacer es espolvorear sobre él un poco de bicarbonato de sodio.
Luego de realizar esta acción sobre el acolchado de la cama, deberás esperar entre treinta minutos y una hora para luego quitar todo el polvo y seguir con el uso normal.
El bicarbonato de sodio es eficaz contra hongos y ácaros debido a sus propiedades que alteran el pH y crean un ambiente desfavorable para estos organismos. Además, ayuda a secar el ambiente, lo que también dificulta su supervivencia.