Protocolo de actuación

Bullying: las 17 señales de alarma que la DGE aconseja tener en cuenta en la escuela y en la casa

Presentaron el nuevo protocolo para abordar casos de bullying. La DGE brinda señales de alarma a tener en cuenta tanto en el ámbito escolar como en el familiar

El nuevo protocolo de procedimientos ante situaciones de bullying que diseñó la Dirección General de Escuelas (DGE) incluye una sección dedicada a las Señales de alarma para tener en cuenta.

Estas señales, que se pueden reconocer tanto en el ámbito escolar como en el familiar, son cruciales para que los adultos (docentes, directivos y familias) desarrollen una mirada pedagógica sensible y atenta, capaz de identificar tempranamente el malestar de niños y adolescentes.

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La DGE brindó herramientas para que docentes y padres puedan actuar ante casos de bullying.

La DGE brindó herramientas para que docentes y padres puedan actuar ante casos de bullying.

Bullying: señales de alarma, según la DGE

Ante una situación de acoso u hostigamiento, no siempre los niños y adolescentes disponen de los recursos emocionales necesarios para pedir ayuda, reza el documento de la DGE. En muchos casos, el miedo, la vergüenza o la sensación de indefensión pueden silenciar su malestar, dice, y por eso, el rol de los adultos significativos —docentes, directivos, preceptores, personal de apoyo— se vuelve fundamental.

"La presencia activa, atenta y comprometida de adultos en los espacios escolares tiene un impacto directo en la disminución de episodios de violencia entre pares. No se trata solo de estar presentes físicamente, sino de desarrollar una mirada pedagógica sensible y atenta, capaz de identificar señales de alarma que pueden manifestarse de múltiples formas", explica la DGE.

"La detección temprana de estas señales puede marcar la diferencia entre una situación que se agrava silenciosamente y una intervención oportuna" y en esa detección son claves tanto la escuela como las familias.

En el ámbito escolar

  1. Se muestra triste, preocupado o nervioso sin causa aparente.
  2. Se pone muy nervioso al hablar o participar en clase.
  3. No participa en los juegos.
  4. Regresa del recreo con golpes o heridas.
  5. Se aísla durante las clases o recreos.
  6. Recibe apodos ofensivos, insultos o burlas sobre su aspecto físico u otras características.
  7. Es excluido/a de actividades escolares y extraescolares.
  8. Circulan sobre él rumores, historias falsas o revelaciones de su intimidad.
  9. Evita asistir a ciertas clases, lugares o actividades en días específicos.
  10. Pierde con frecuencia útiles, pertenencias o dinero.
  11. Baja repentinamente sus calificaciones.
  12. Participa en peleas o discusiones donde se lo percibe indefenso.
  13. Permanece cerca de los docentes en el patio.

En el ámbito familiar

  1. Evita hablar sobre el colegio o se niega a asistir
  2. Registra una baja en el rendimiento escolar.
  3. Presenta lesiones físicas.
  4. Tiene cambios de humor, irritabilidad, tristeza o síntomas de tinte depresivo.

"La escuela sola no puede resolver el problema: se necesita que madres, padres y/o tutores acompañen activamente las medidas que se acuerden, generando continuidad entre lo que se trabaja en la escuela y lo que se refuerza en el hogar", dice el protocolo que busca dar herramientas concretas para actuar frente al bullying.

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