Molkenmarkt, la plaza más antigua de Berlín, ha sido nuevamente el escenario de un magnífico descubrimiento para el mundo de la arqueología. Realizando excavaciones, los especialistas hallaron un tesoro medieval que contenía 188 figuras particulares.

Según un comunicado difundido por la Oficina Estatal de Monumentos de la ciudad, una de las piezas más importantes localizadas en Alemania es una estatua de Santa Catalina de Alejandría, de 11 centímetros de altura y hecha de arcilla blanca.

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Nuevo hallazgo en Molkenmarkt sorprende a la arqueología

Bajo capas de tierra y escombros, y al igual que ha sucedido ya en otras oportunidades, los arqueólogos encontraron un tesoro que contenía una colección de ocho centímetros de mujeres con características diferentes, aunque todas ellas tenían una particularidad.

Es que, como se explica en el descubrimiento, estas figurillas estaban diseñadas con una cavidad circular en el pecho, donde se encontraron incrustaciones de huesos humanos.

El tipo de reliquias encontradas en el tesoro no es algo común en la región, por lo que el motivo y finalidad de los mismos es un misterio para los especialistas.

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Como se dijo, la figura de Santa Catalina de Alejandría es uno de los elementos destacados del descubrimiento, junto con el hallazgo de una representación de la Virgen María sosteniendo a Jesús.

Estos hallazgos arrojan luz sobre la vida religiosa de la Baja Edad Media en Berlín, un periodo en el que la veneración de santos y reliquias jugaba un papel crucial en la espiritualidad de la población.

El misterio detrás del descubrimiento

La gran incógnita que tiene la arqueología con respecto a este hallazgo es la razón por la cual tantas figuras se encontraban juntas en un mismo punto.

En este sentido, una de las teorías principales sugiere que podrían haber pertenecido a una iglesia o convento cercano, mientras que otra señala a los objetos como figuras comerciales.

Por último, también se especula con la posibilidad de que el entierro de estas reliquias estuviera relacionado con la Reforma Protestante, que en el siglo XVI promovió el rechazo a la veneración de santos y reliquias en favor de una interpretación más directa de la fe cristiana.