Alejo Arias aeropuerto El Plumerillo-familia
Alejo Arias (al centro) con los padres recién llegados desde Buenos Aires. Esperaban los abuelos maternos -Pablo y Sarita-, tíos, primos, vecinos, allegados y todo fue un derroche de felicidad por el retorno del muchacho a Mendoza.
Foto: Nicolás Rios/Diario UNO
"Fue muy difícil estar tanto tiempo sin comunicación con mi familia", dijo Alejo Arias con una tonadita propia de aquel país centromericano. "Todo fue favorable y ya estoy acá", explicó Arias acerca del proceso judicial que hace una semana determinó la expulsión de El Salvador y retorno al país.
Todos los abrazos y las lágrimas felices para Alejo Arias
Por momentos lloraban todos de felicidad. A Alejo Arias lo abrazaban. Lo apretaban. Nadie quería dejarlo ir. El desenlace fue muy rápido y casi en secreto: "Me enteré en el momento", dijo Alejo Arias, que agradeció a la embajada argentina en El Salvador por las gestiones diplomáticas y la contención. También dedicó un agradecimiento al pueblo salvadoreño "que siempre me trató muy bien".
A pedido del abogado Miguel Ángel Pierri no se revelaron más detalles del proceso judicial. Eso sí, aclararon que "quedó cerrado" y Alejo Arias ya no tiene asuntos pendientes con la Justicia extranjera.
Los abuelos maternos, Sarita y Pablo González, expectantes por la llegada y contando que han sido casi dos años de durísima espera. "Siempre confiamos en las gestiones del abogado Pierri", expresaron acerca de su nieto, quien se refugió en la fe para soportar casi 24 meses de encierro alejado de su familia. "Cristo todo lo puede", afirmó.
El reencuentro de Alejo Arias con sus padres en Ezeiza a la madrugada
Hubo lágrimas de alegría y abrazos de felicidad. Luego, una cena rápida y el alojamiento de Alejo Arias y los padres en un hotel de CABA. "Estamos felices", dijo a la mañana el padre a Diario UNO y radio Nihuil.
Al mediodía, tras recibir la documentación personal de Alejo Arias e instrucciones desde la Cancillería -y hasta haber recuperado una valija- compraron los boletos de avión y emprendieron el retorno a Mendoza desde el Aeroparque Jorge Newbery.
Alejo Arias, de 26 años, fue liberado la semana pasada en El Salvador como consecuencia de intensas gestiones de abogados y de orden diplomático entre los gobiernos de Argentina y el que encabeza Nayib Bukele.
Poco antes de la llegada de Alejo a Mendoza, el abogado Miguel Ángel Pierri explicó que la liberación de Arias se produjo el jueves de la semana pasada (30 de mayo) pero todo se mantuvo bajo una estricta confidencialidad.
Fue tras una audiencia de la que participaron el fiscal general y un juez. ¿Qué pasó en todos estos días?. Al joven mendocino lo tuvieron que ir a buscar desde Buenos Aires y, en el medio, hacer una extensa tramitación.
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El regreso de Alejo Arias a Mendoza y a su casa en Rivadavia
Los Arias se trasladaron de inmediato desde El Plumerillo hasta la casa familiar situada en Rivadavia. Desde allí había salido Alejo Arias en 2023 para trabajar, gracias a un contrato temporario, en una empresa financiera privada con oficinas en El Salvador.
El 23 de julio de ese año, las autoridades de la gestión Bukele hicieron diversos allanamientos y detuvieron a un grupo de extranjeros, entre quienes estaba el mendocino Alejo Arias.
Se lo acusó de ser parte de una organización criminal internacional y quedó alojado en una cárcel de máxima seguridad.
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A la derecha, Agostina, la hermana de Alejo Arias; Sarita, la abuela, la tía Priscila y la prima Tania (izquierda).
Foto: Toti Rios/Diario UNO
A fines de 2023, gracias a gestiones periodísticas -hechas desde Mendoza- y a contactos con la Cancillería Argentina y el Ministerio de Defensa de la Nación, a cargo del mendocino Luis Petri, el muchacho fue trasladado a una penitenciaría de seguridad media.
Quedó a la espera de una audiencia judicial que definiera su futuro procesal y fue allí cuando entró en escena el abogado Miguel Ángel Pierri, en nombre de la Fundación Abogados Sin Fronteras.
Desde la familia y los abogados pasando por el papa Francisco, durante 2023 y 2024 todos pidieron clemencia a Nayib Bukele y la liberación de Alejo Arias bajo el argumento de que era inocente y que nunca trabajó para una organización delictiva.