Los medicamentos o remedios pueden salvarnos en cualquier ocasión, ya sea por ejemplo si nos levantamos con dolor de cabeza o si tenemos un resfrío.
Sin embargo, en muchas ocasiones cometemos errores al momento de manipularlos y guardarlos, y a continuación te diremos cuáles son y cómo puedes evitarlos.
¿Qué errores estás cometiendo con los medicamentos?
Guardarlos en la cocina
Los remedios y medicamentos no deben almacenarse cerca del horno de la cocina o en un lugar de la casa donde haga mucho calor. Myriam Shaw Ojeda, profesora adjunta de Práctica y Ciencia Farmacéuticas de la Facultad de Farmacia de la Universidad Estatal de Ohio asegura que las fuentes de calor pueden reducir la eficacia de los remedios.
Guardarlos en un armario
Los medicamentos tampoco deben guardarse en un armario en el baño. Mary Bridgeman, profesora clínica de la Facultad de Farmacia Ernest Mario de la Universidad Rutgers dice que el vapor del baño puede erosionar los recubrimientos de los medicamentos, y el calor puede descomponer los principios activos.
Por otro lado, Eric MacLaughlin, jefe del departamento de práctica farmacéutica del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas confirma que hay que guardar los medicamentos en un lugar fresco y seco de la casa.
Muchos medicamentos orales deben conservarse a temperaturas entre 20 y 25 grados centígrados, según la Farmacopea de los Estados Unidos.
Cómo tomar los medicamentos
Muchos medicamentos que se venden sin receta se toman o consumen de manera incorrecta. No hay que saltarse las pastillas, ni tomarlas en cualquier horario, ya que esto puede causar efectos secundarios.
MacLaughlin asegura que muchas personas se inyectan en sitios o partes equivocadas del cuerpo. Lo mejor es consultar a un profesional.
Seguir consumiendo medicamentos vencidos
Algunas personas tiran las cajas de las pastillas, y en las mismas está especificada la fecha de vencimiento. Con el paso del tiempo, los medicamentos pueden perder su eficacia y no conseguir el efecto esperado.
Además, en algunos casos, cuando un medicamento o remedio se vence, puede volverse tóxicos, contener bacterias, o tener cambios en sus propiedades.






