Las catástrofes naturales o generadas por el hombre, sueles acelerar los desarrollos y modificaciones de costumbres sociales y de la tecnología. Una pandemia mundial, como la del coronavirus, es un ejemplo potenciado de esto, además de inédito. El Covid-19 trajo muchos cambios en la vida cotidiana en un gran porcentaje de la gente que trabaja. De hecho, se estima que 30% de la masa laboral en la Argentina tuvo que implementar este modo de trabajo.
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El teletrabajo produce, si no se tienen en cuenta ciertas pautas, un agobio importante, cansancio, estrés, dificultad para concentrarse y hasta insomnio.
Nuestros modos de vincularnos, de comunicarnos y de vivir sufrieron modificaciones importantes. En la esfera laboral, el aislamiento social, preventivo y obligatorio también ha dejado sus marcas: muchos trabajadores tuvieron que cambiar su modo de trabajo. La rutina diaria de salir de casa, cumplir un horario establecido con tareas pautadas dar por finalizada esa jornada para volver al hogar, se vio repentinamente interrumpida.
Apareció esta instancia que en muchos ámbitos se venía haciendo, pero que en épocas de pandemia vino para quedarse.
Cómo hacerlo correctamente
Los profesionales de salud mental recomiendan:
- Buscar o crear un espacio propicio, cómodo, luminoso y con adecuada ubicación.
- Mantener el trabajo en equipo, como se hacía habitualmente.
- Delinear pautas y objetivos claros en la tarea.
- Establecer metas posibles de cumplir.
- Respetar los horarios de descanso. Muchas veces, por creer que estamos cómodos en casa, olvidamos mantener los ritmos de descanso y se pueden pasar muchas horas en este formato de teletrabajo sin registrar los indicadores de cansancio.
La casa: espacio de estudio y de trabajo
Sin dudas que las familias están ante el desafío de conciliar todas estas actividades sin morir en el intento. No obstante, hoy padres e hijos están ante una nueva posibilidad de aprendizaje, no solo de herramientas tecnológicas para enfrentar sus tareas sino la de construir otros vínculos, otros modos de aprender y enseñar. Se plantean muchos interrogantes pero quizás el principal sea cómo trabajar en casa cuidando el bienestar emocional del niño y de toda la familia, manejando los niveles de ansiedad y tratando de ser productivos.
Los tips para “no morir en el intento”
- Distribuir horarios: para trabajar, para hacer tareas de la escuela, de la casa y tiempo para el descanso
- Bajar las expectativas: no se puede hacer todo al mismo tiempo y que salga perfecto
- En estos tiempos hay que incorporar cada vez más la tolerancia, teniendo en cuenta que hacemos lo posible y lo mejor que se puede
- Estar atento a los ritmos de cada uno, incluidos los del niño, y no sobreexigirse.Estar dispuesto a tolerar la frustración que a veces genera esta tarea conjunta que ha impuesto la pandemia
- Cuando los chicos hayan terminado su actividad escolar, darles tareas cotidianas o tiempo para la actividad lúdica, para aprovechar y poder trabajar en la propia actividad.
Fuente: Departamento de Gestión y Planificación. Área de Comunicación. Dirección de Salud Mental y Adicciones. Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes.