Uno de ellos fue el guionista, Bruce Joel Rubin, que venía de trabajar en Obsesión fatal (1986), el filme de terror de Wes Craven en el cual el protagonista, afligido por la muerte de una amiga, implanta el cerebro de un robot que él mismo ha creado en el cadáver de la joven. Un tópico explorado con variantes en el terror, pero muy alejado del cine romántico.
Otro nombre extraño de esta propuesta fue el del director, Jerry Zucker, conocido por estar detrás de famosas comedias como ¿Y dónde está el piloto? (1980), Top Secret (1984) y La pistola desnuda (1984).
Terror y comedia eran los antecedentes de esta singular dupla que debía crear una historia de amor muy trágica.
Inspiración clásica
La idea original se le ocurrió a Rubin mientras veía una representación de Hamlet, con ese padre fantasma que se aferra a la venganza. Decidió llevar la esencia de esa aparición vengadora a un drama romántico que transcurriera en Nueva York. El resultado: fue rechazado por varios estudios durante cinco años.
Los productores Steven-Charles Jaffe y Lisa Weinstein (Paramount) creyeron que aquella historia podía arrastrar una gran masa de espectadores al cine, solo había que hacerle algunos cambios. Faltaba un poco de comedia para equilibrar temas como el asesinato y el duelo y por eso pensaron en el experimentado Jerry Zucker. Rubin pensó que Zucker no estaba a la altura de su guion, porque ya había pensado nombres como Stanley Kubrick para dirigirla.
Zucker leyó el guion y planteó que la película debía ser una montaña rusa, donde todas las emociones tuviesen su espacio, desde el miedo hasta el amor. Fue la primera discusión entre guionista y director, de las muchas que hubo.
En busca del protagonista
El papel de Sam Wheat al parecer fue ofrecido a muchos actores. El director de Ghost ofreció el rol a Kevin Bacon, Alec Baldwin, Nicolas Cage, Kevin Costner, Tom Cruise, Johnny Depp, entre otros. La mayoría se negó por considerar que encarnar a un fantasma podía resultar demasiado cursi.
Los productores, a su vez, tenían a su favorito: Bruce Willis, que entonces estaba casado con Demi Moore, la protagonista femenina. Willis rechazó la oferta porque ese tipo de historias sobrenaturales no eran de su estilo y porque no se sentía a gusto al interpretar a un espíritu. El tiempo dejó atrás sus prejuicios cuando en 1999 participó de Sexto sentido, como un fantasma.
Para el guionista Bruce Joel Rubin, sólo existía un actor nacido para ese rol: Patrick Swayze. Lo había visto en una entrevista que le hicieron en televisión donde, al hablar de la reciente muerte de su padre, lloró en cámara desconsoladamente. El actor poseía la sensibilidad necesaria para convertirse en Sam Wheat. Zucker se negó a que Swayze hiciera la audición, a tal punto le parecía inapropiado para el papel.
Swayze no estaba dispuesto a perder esa oportunidad, porque estaba fascinado con la fusión entre romance y terror que planteaba el guion. Se presentó a la audición y la forma en que leyó sus líneas no sólo convenció a los productores, sino también al reticente Zucker.
Apenas fue confirmado, Swayze empezó su campaña para que llamasen a su amiga Whoopi Goldberg para el papel de Oda Mae Brown y el actor tuvo razón: este papel le valió el Oscar en la categoría de Mejor actriz de reparto. El filme también ganó la estatuilla como Mejor guion original.
La actriz de largos cabellos
Demi Moore fue desde el inicio la elegida para interpretar a Molly. La femenina y romántica imagen de la actriz, con sus largos cabellos oscuros, hicieron que todas las rivales para el rol desaparecieran de inmediato.
Antes de iniciar el rodaje se encontraba en París y tuvo un impulso, Llevaba en su bolso desde hacía años una foto de la actriz Isabella Roselini con un precioso corte de pelo, muy corto. Se metió en la primera peluquería que encontró y como no hablaba francés, le mostró la foto al peluquero para indicarle lo que quería.
Cuando se apareció en el set el primer día de rodaje, con el pelo corto, Zucker sintió que su protagonista lo había traicionado, porque nunca anunció el cambio de imagen. Su enojo duró un tiempo, sin embargo, años después, aceptó que aunque no lo consultó, el corte de pelo de Moore fue perfecto para su personaje. Un look que incluso marcó tendencia en el mundo.
Alfarería inolvidable
La famosa escena donde Sam y Molly dan forma a una pieza de cerámica hizo inmortal el tema musical Unchained Melody de Righteous Brothers, en uno de los momentos más románticos del largometraje. En realidad, el tema fue compuesto para otra película llamada precisamente, Unchained (Sin cadenas, 1955), que cuenta la historia de un hombre violento que tras cometer un delito termina en una cárcel donde no hay rejas ni cadenas, porque los condenados permanecen allí sólo porque han dado su palabra. Es por eso que la letra de la canción habla de alguien a quien el tiempo se le hace muy lento y pide a su amor que lo espere.
Bebés de terror
Uno de los momentos más aterradores del filme es cuando espíritus malignos vienen a llevarse las almas de los malvados. Recordemos que en Ghost el final de la vida tenía dos escenarios posibles: descender a una clase de infierno o el ascenso a los cielos. La muerte de los malos era escalofriante, no tanto por las sombras que se desplazaban para arrastrar al recién fallecido a su destino, sino sobre todo por el sonido que emitían estos seres entre las tinieblas. Ese fue el caso de la muerte del autor intelectual de la muerte de Sam, Carl Bruner (Tony Goldwyn) en esta escena:
Ghost (10/10) Movie CLIP - Carl's End (1990) HD - YouTube
Para lograr este efecto el director utilizó un sonido muy particular: gritos de bebés reproducidos a una velocidad extremadamente lenta, hacia atrás. Una fuente de terror inesperada, pero muy efectiva.
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