Alfredo Cornejo viene diciendo que va a utilizar todo su caudal político para representar los intereses de Mendoza. Pero también advierte, con los pies sobre la tierra, que será uno de entre 257 diputados nacionales.

Lo que le espera son pujas en el seno  del radicalismo nacional, en la interna con sus socios del PRO, y en la relación con las variantes del oficialismo. Se sabe que no será uno más entre SUS pares, la mayoría de ellos sin la más mínima trascendencia. Cornejo está dispuesto a dar las peleas, y es eso lo que está diciendo.

Al hablar en el almuerzo anual de la Cámara de Comercio e Industria de Tunuyán y en la cena de los ejecutivos de AEM, Cornejo hizo hincapié en su legado. Un presupuesto equilibrado, inversión pública y promoción al desarrollo privado son los ejes de su balance. 

Eso mismo espera de la gestión de Alberto Fernández en la Nación. "Aniquilar" el déficit, tener una moneda estable, generar riqueza desde el sector privado para poder distribuir equitativamente a partir del crecimiento, es lo que plantea.

También señala que Mendoza necesita un contexto macroeconómico que le permita desarrollarse, pero además indica que la Provincia debe incluir todas las actividades que tenga a su alcance, las tradicionales y las innovadoras.

Ante la escucha atenta de su sucesor, Rodolfo Suarez, Cornejo sostiene que hay que desarrollar la minería, pero con esto sólo no va a alcanzar, advierte. Como tampoco nos va a salvar una buena cosecha de soja ni una megadevaluación que trae mayor pobreza, remata.

El equipo de Rody

El futuro gobernador recibirá un Estado ordenado, una administración con líneas aceitadas y una provincia que le ha dado crédito a la continuidad. Sin embargo, la Nación está atravesando una situación extremadamente crítica.

La inflación, la recesión y la pobreza golpean a Mendoza por igual.

La agenda económica y política que le espera a Alberto Fernández es sumamente compleja. El marco internacional y de la región agitan más las aguas. La situación judicial de Cristina, la interna del peronismo que se avizora, y la radicalización de Alberto dificultan más la cosas como para pensar un camino cierto de estabiidad política y económica.

En este contexto deberá gestionar el futuro gobernador. Con modales moderados pero con iniciativas fuertes, avanzará en los temas comprometidos en la campaña. Su fortaleza es la previsibilidad, atento a que ha hecho explícito todo lo que piensa hacer mucho antes de asumir.

Para cumplir con su mandato ha decidido recostarse en un gabinete sólido. Allí hay una mixtura de gente con experiencia exitosa del gobierno de Cornejo, y otra de su propio equipo de gestión municipal.

La continuidad de Lisandro Nieri, en Hacienda, le da la base para seguir con un proceso de sanidad fiscal y de financiamiento virtuoso. Otro de sus pilares es el reingreso a la gestión provincial de Enrique Vaquié, cuya nominación ha sido recibida con expectativas favorables por los sectores productivos. 

Para la central cartera de Gobierno, Suarez ha confiado en el jurista, funcionario y docente de la UNCuyo, Víctor Ibáñez, quien tendrá la tarea de buscar consensos para avanzar en la tarea de transformación institucional. Además recae bajo su órbita la difícil relación con los gremios en épocas de crisis económica.

José Thomas tendrá el desafío de gestionar la DGE, un ámbito que comprende multiplicidad de actores, donde no sólo se debe tener conocimiento acabado sobre la cuestión educativa, sino que también hay que saber generar consensos para los cambios necesarios.

Los que saben de cambios en materia de gestión son Natalio Mema, que continuará en la estratégica secretaría de Servicios Publicos, y Humberto Mingorance, en la secretaría de Ambiente, otra área clave para los tiempos que vienen. 

Rody Suarez suma, además, funcionarios con experiencia y de estrecha confianza como Mariana Juri en el ministerio que integrará a Cultura y Turismo -del que dependerá el Ente Turístico-, Mario Isgró en Infraestructura, y Raúl Levrino en Seguridad, donde seguirá el director de la Policía, Roberto Munives. Y no hay que subestimar la vuelta de Claudio Romano al gobierno provincial, un político nato, quien llevará la secretaría Legal y Técnica.

Ana Nadal se hará cargo del Ministerio de Salud, con una impronta de continuidad, al igual que la mayoría de los subsecretarios del gobierno de Cornejo, como Pablo Sarale, Federico Chiapetta, Sergio Moralejo, Emilio Guiñazú, Alejandro Zlotolow, entre otros.

Entre quienes continúan y los nuevos ingresantes; entre cornejistas, suaristas y técnicos, Rodolfo Suarez ha logrado combinar equilibrios internos y buena impresión hacia la sociedad.

En la previa, en los papeles, ha elegido un gabinete previsible y de excelencia, que genera confianza. Ahora hay que verlos funcionar que, más allá de los nombres, es lo que verdaderamente importa.