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Emir Félix semanas atrás, en 7D, por Canal 7.
Probemos una mirada bajo la superficie.
Basta de hacerse los rulos. El peronismo carece desde hace años de un proyecto provincial que enamore a los mendocinos más allá de algunos nombres destacables. No tienen un “Libro Verde” al estilo de José Octavio Bordón, ni una utopía que los haga caminar, ni un “Equipo de los mendocinos”. Ni siquiera un “mapa del delito” como el que tuvo Celso Jaque. El mapa original de aquella ocurrencia sirvió para ganar una gobernación, aunque lo compraron a $1 en la librería Rayuela, sobre la calle Garibaldi.
Mucho menos, el PJ dispone de una piedra de cobre para empuñar en la Asamblea Legislativa, que sirva para señalar un futuro estratégico provincial. Lo que les espera es un corto plazo módico, en el que tendrán la obligación de recuperar un piso electoral histórico, el rol de principal oposición, y construir un proyecto que les permita pensar -tal vez- en 2027. Antes, deberán abandonar el ancla odiosa de Cristina Fernández de Kirchner, que en Mendoza “no pasa”.
Es lo que hay, muchachos…
El cronograma electoral empieza a apretar, aún sin tener en claro si las elecciones provinciales y municipales de Mendoza se harán en simultáneo con las nacionales del 26 de octubre. Si eso ocurre, serán elecciones “conjuntas”, pero con urnas y modelos de boleta única diferentes. Pero sean las próximas elecciones en un sólo día, o separadas como marca la ley mendocina, el peronismo tiene que elegir a sus candidatos a diputados nacionales. Esa es la urgencia, y lo que marca el almanaque: el 7 de agosto es el plazo límite para presentar frentes y alianzas, y el 17 de agosto cerrarán las ventanillas para formalizar las listas de candidatos.
La raíz de la discusión del peronismo mendocino
Desde hace semanas, se escuchan reclamos públicos de la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, la peronista de mayor rango político en Mendoza. De confianza además de la presidenta del PJ nacional, Cristina Fernández de Kirchner.
Anabel, el ex legislador Lucas Ilardo y el resto de La Cámpora de Mendoza esperan que el presidente del partido, Emir Félix, los convoque a una suerte de mesa “a la par” para resolver todo tipo de cuestiones: en lo formal, Anabel reclama que el PJ decida su perfil, y “si le van a seguir votando todo a Cornejo”, como ha dicho en numerosas oportunidades.
Emir no les daría ese gusto. Buscará licuar a La Cámpora en reuniones “con todos” mientras trata de esquivar la pelea frontal y pública hacia adentro del peronismo, y apunta sus dardos al gobierno provincial cuando el oficialismo deja algún flanco suelto. Aún así, la senadora e Ilardo andan demandantes y con la mecha corta, los intendentes tienen sus propias ideas sobre cómo resolver las urgencias electorales, y Emir Félix debe compatibilizar todo ese lío con la meta principal que tiene en la cabeza: una elección digna recuperando el caudal electoral, que los deje en pie para la próxima elección de gobernador.
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Previa de café en la Asamblea Legislativa del jueves pasado. Anabel, en el centro de la escena, junto a Mario Abed y Helio Perviú.
Foto: Gobierno de Mendoza.
Por supuesto, otros temas en danza son si hay internas, en qué fecha, si serán abiertas o cerradas, si los intendentes van a desdoblarse de las elecciones provinciales, y qué lugares en las listas va a ocupar cada quien en el caso de un acuerdo. Félix no tiene ánimo de confrontación, pero tampoco le disgustaría la idea de que el kirchnerismo finalmente se separe del PJ. Eso les liberaría las manos en 2027 para volver a ser un peronismo auténticamente “a la mendocina”, sin jefes ni referencias en Buenos Aires. Y disputarle entonces sí el gobierno de la provincia a Cambia Mendoza.
Las negociaciones no están sencillas
Los intendentes no quieren hablar en público de nombres, pero los operadores menos visibles susurran una lista de diputados nacionales encabezada por Emir Félix, seguido de la santarrosina Flor Destéfanis y como tercer candidato el intendente de Maipú, Matías Stevanato. El más incómodo de esa nómina es Stevanato. No quiere saber nada con hablar de internas, ni elecciones, ni divisiones del peronismo.
En un escenario electoral “de dos fuerzas” principales en el que puede haber una alianza entre Alfredo Cornejo y los libertarios, el peronismo corre el riesgo serio de comerse una paliza tipo “cuatro a uno”. Es decir, el oficialismo “ampliado” podría colocar cuatro de las cinco bancas en disputa al Congreso de la Nación. Esto, porque de momento, la intención de voto de La Unión Mendocina, o del Partido Verde, son apenas testimoniales. Pero una buena elección peronista sería “tres a dos” con lo que deberían recuperar su piso histórico más cercano al 30 % que al 25 %, y muy por arriba del magro resultado de 14,8 % de las elecciones de gobernador de 2023.
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Seis intendentes del PJ, y el diputado nacional Martín Aveiro.
Ahora, en un escenario de tres o cuatro frentes fuertes sin acuerdo entre Cornejo y Milei, el peronismo podría aspirar al menos a una banca, o tal vez a dos si pasa algo raro en el país. La elección de octubre -no olvidarlo- será un plebiscito sobre la gestión del presidente Javier Milei. La carga es pesada. El PJ tendría la obligación de mantener las bancas que dejan Adolfo Bermejo y Liliana Paponet, que cumplen cuatro años de mandato en diciembre.
Por supuesto, a pesar de las amenazas públicas y de las advertencias subterráneas entre unos y otros, del tipo “nos vamos” y “vayan nomás”, hay negociaciones. Los puentes pasan a través de Gustavo Valls y el diputado Juan Pablo Gulino (por Félix y los intendentes, o al menos algunos de ellos) y los senadores provinciales Félix González y Helio Perviú, por el kirchnerismo. Van intentando arrimar posiciones.
Votar en julio, agosto, o no votar
La fecha de la interna -en caso de que tal cosa exista- podría ser un motivo fuerte de fricción. Félix piensa en julio, y cree que hay tiempo suficiente para hacer incluso una interna abierta en paz. O el juego es doble, o alguien no está viendo el tablero completo. Habrá lluvia de impugnaciones cruzadas de las listas, de los avales, y probable judicialización si alguno se ve perjudicado.
Ello, pese a que la Cámara Nacional Electoral ya explicó que hay poco tiempo para fechorías internas. Hay alguna apuesta más radicalizada: entre quienes operan el armado de los intendentes, se habla incluso del domingo 3 de agosto, dos semanas antes del cierre de listas, para elegir candidatos en una interna. Es difícil que alguien pronuncie esa fecha en voz alta. Le podrían partir los platos del almuerzo en la cabeza.
El jueves, después de la apertura de sesiones, la senadora Anabel Fernandez Sagasti usó todos sus fuegos de artificio en nuestro programa “No Tenés Cara”, cuando Matías Pascualetti la interceptó para obtener sus declaraciones post discurso de Cornejo. En la otra vereda del peronismo escucharon con mucha atención y estuvieron compartiendo ese audio de Radio Nihuil. Creyeron ver en la senadora algún gesto de paz y en contra de la ruptura del PJ. Pero, como dijo Félix también en nuestro programa semanas atrás, “en el peronismo todos tenemos nuestro partido aparte”. Anabel está ordenando los papeles de un posible “partido B” para participar de los comicios en caso de naufragio. No les gusta la idea de meterse en una interna partidaria en la que la Junta Electoral sería manejada por Carlos Germán Ciurca, el armador histórico del peronismo, hoy con los intendentes. O con Emir y Omar Félix, para ser más precisos.
El ministro de Desarrollo, Carlos Ciurca.
Carlos Ciurca, en una de sus épocas de ministro, cuando gobernaba el peronismo.
¿Qué remedio les queda a todos los peronistas? Acordar. Tragarse los sapos que haya, muchos o pocos, e ir juntos en estas elecciones. No pueden prescindir unos de otros. Y menos emboscarse en una interna espinosa que podría costar cerca de 400 millones de pesos. El PJ que tomó Félix habría estado con muchos problemas de dinero, déficit mensual cercano a ocho millones de pesos y deuda con la ex AFIP. Esos asuntos se resolvieron, pero el que quiera ir a una interna, deberá tener un sponsor generoso. “Si hay dos listas, 200 millones de pesos cada uno…”, dicen en el partido. Menudo problema.
Entretanto, este lunes a las cinco de la tarde habrá reunión del Consejo Provincial del PJ en la sede partidaria de la calle España, en la Ciudad de Mendoza. Esa conducción está integrada por veinticuatro miembros. El presidente es Emir Félix, la vice primera es Flor Destéfanis, la vice segunda es la camporista Paloma Scalco, y luego hay varios dirigentes más, los más importantes son los intendentes Omar Félix, Celso Jaque, Emir Andraos, Edgardo González y Fernando Ubieta. No son pocos los puntos a acordar: carta orgánica, modo de elegir candidatos, fecha de internas y modalidad, quién paga la cuenta, si los intendentes desdoblan, lugares en las listas, entre otros aspectos. Aunque la mayoría de estos temas no se tratarán en el Consejo, sino en una mesa política chica que en algún momento Félix va a convocar.
El peronismo debería sentarse a cortar el elefante en rodajas con su cuchillo de pelar naranjas. Lo primero, deberían consensuar un sistema de selección de candidatos que no sea sangriento, ni caro, ni provoque una división. Deberán hacer el esfuerzo de ir juntos, además.
Los intendentes deberán comprender que no pueden prescindir de Anabel, y la senadora deberá aceptar que Cristina es un contrapeso para el electorado mendocino. Si no toman puntos de partida razonables, estos, o los que prefieran; Cornejo y Cambia Mendoza -e incluso los libertarios- se los van a comer crudos otra vez, después de unas elecciones de 2023 en las que en algunos departamentos el peronismo quedó tercero, o cuarto.
Dieta batracia compañeres. No hay otra. Y tomar nota del leitmotiv de la serie del momento, "El Eternauta": Nadie se salva solo.