Pero lejos, de tratarse de un hecho aislado, las sesiones virtuales ya han dejado bastante tela para cortar.
Dos días antes del capítulo escandaloso del salteño, el ministro de Economía, Martín Guzmán, brindó detalles sobre el Presupuesto a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Cuando se dio inicio a la transmisión, se pudo ver que el diputado Luciano Laspina había decidido hacer un cambio de ropa y apareció con su torso desnudo.
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Sin salirnos de septiembre, durante la extensa sesión en la que se buscaba establecer si se mantendría el protocolo virtual en el Congreso, pasadas las 20 el diputado Leopoldo Moreau prefirió recostarse en su sillón para seguir el debate. Con sus brazos cruzados y su cabeza para atrás, el diputado estaba claramente dormido pero luego lo negó. Durante esta misma jornada, otro legislador utilizó su cámara para poner fotos de gorilas mientras hablaban sus pares del oficialismo.
La mayoría de estas conductas son percibidas y viralizadas por las redes sociales donde la cosa ya se vuelve imparable. Pero algunos también quedaron muy expuestos ante sus compañeros durante los debates que se daban en el Congreso.
Así fue el caso de Luis Juez que, mientras se discutía la ampliación del Presupuesto, se encontraba realizando entrevistas con diferentes medios de comunicación. El problema surgió cuando desde la presidencia de la Cámara, Sergio Massa le otorgó la palabra y abrió su micrófono. "Yo tendría que haberme desconectado, pero no lo hice porque no se, me olvidé", reconoció después Juez.
Los micrófonos encendidos también le jugaron una mala pasada al senador Oscar Castillo, en la sesión en donde se debatía la creación de una comisión bicameral investigadora sobre el préstamo del Banco Nación a Vicentin. Castillo estaba planteando su postura y se le avisó que se quedaba sin tiempo. Tras finalizar su intervención, se lo escuchó decir, en segundo plano: "¡Al final me cagó lo mismo, viste!".
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Otro que quedó en el centro de la polémica fue Esteban Bullrich, durante un encuentro de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Durante un tiempo, se vio la imagen del legislador inmutable. Luego, cuando se le otorgó la palabra se pudo observar cómo su figura se posicionaba por encima de la que había. Primero, el legislador esbozó una disculpa indicando que le había querido enseñar esta estrategia a su hijo, luego dijo que lamentaba no haber prestado atención en la sesión.