Conflicto Rusia-Ucrania

Nataliya Gumenyuk, la ucraniana que vino a Mendoza a contar los horrores de la guerra

Es periodista en el frente del conflicto Ucrania-Rusia y detalló delitos cometidos por las tropas rusas. Estuvo invitada por la legislatura

Gumenyuk, junto a reporteros, sobrevivientes y abogados, fundaron The Reckoning Project, una iniciativa dedicada a recopilar testimonios sobre violaciones de derechos humanos en la guerra Ucrania-Rusia y su presentación en tribunales de todo el mundo.

Sobre la vida cotidiana del pueblo ucraniano que está en la zona de conflicto, la situación de quienes pasan sus días en cautiverio, sometidos al hambre, torturas, electrocuciones y quemaduras y la visión que tiene sobre la guerra, dialogó en exclusiva con Diario UNO.

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Nataliya Gumenyuk nació en Birobidzhán, comuna Rusa ubicada cerca de la frontera con la República Popular China, en 1983

Nataliya Gumenyuk nació en Birobidzhán, comuna Rusa ubicada cerca de la frontera con la República Popular China, en 1983

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-En The Reckoning Project llevan adelante investigaciones por torturas y desapariciones, en este caso presentaron a un civil ucraniano torturado por tropas rusas, ¿cómo ha sido la recepción del caso en Argentina?

-El 15 de abril vinimos a Argentina para presentar lo que es una demanda por los crímenes de guerra que se llevan a cabo en el conflicto. Lo presentamos aquí, justamente porque, sobre todo en estos casos de torturas y desapariciones, Argentina ya tiene un historial sobre estos casos. Sobre el estado de la demanda, está dando sus primeros pasos y en este momento sabemos que ya hay un juez seleccionado que estará a cargo de la causa y los fiscales involucrados, a quienes pudimos presentarles a las personas que brindaron su testimonio.

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De izquierda a derecha: Tsvetelina van Benthem, abogada de la Universidad de Oxford y asesora jurídica principal de The Reckoning Project, el civil ucraniano que asegura haber sido torturado por las fuerzas rusas y la periodista Nataliya Gumenyuk.

De izquierda a derecha: Tsvetelina van Benthem, abogada de la Universidad de Oxford y asesora jurídica principal de The Reckoning Project, el civil ucraniano que asegura haber sido torturado por las fuerzas rusas y la periodista Nataliya Gumenyuk.

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Por nuestra parte, estamos trabajando con un equipo de abogados internacionales de aquí, porque este país está dentro de los países que reconocen la jurisdicción universal en la Constitución.

Realmente fue muy bienvenida por la justicia argentina. Nos llevamos una experiencia totalmente gratificante. Fue una situación totalmente distinta, en el buen sentido, a las visitas que hemos hecho en otros países como Chile y México. Nuestro deseo es que el juez que tomó el caso lo tome con seriedad y que no pasen desapercibidas las violaciones a los derechos humanos realizadas por el ejército ruso.

-Recientemente el defensor del pueblo ucraniano, Dmitró Lubinets, presentó un informe que advertía que hay 37mil desaparecidos a razón del conflicto, ¿cómo se llevan adelante estas investigaciones?

La verdad es que fue muy interesante estudiar y ver los casos de desapariciones que ha tenido Argentina; nos motivó en nuestras investigaciones.

El problema que enfrentamos es que como sociedad no sabemos cómo reaccionar o cómo actuar en casos de estas desapariciones. En agosto, un periodista que trabajaba conmigo desapareció después de estar investigando sobre la ocupación territorial de Rusia.

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Silla dentro de un sótano de un edificio donde los fiscales aseguran que 30 personas fueron retenidas dos meses durante la ocupación rusa, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kherson, Ucrania.

Silla dentro de un sótano de un edificio donde los fiscales aseguran que 30 personas fueron retenidas dos meses durante la ocupación rusa, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kherson, Ucrania.

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Entonces, entre los propios periodistas no sabemos cómo abordar o trabajar el tema. Inmediatamente después de que comenzara la guerra, empezamos a buscar a los sobrevivientes que eran liberados, para que nos contaran lo que vivieron y sus historias. Pero el miedo está presente en el hecho de que no sabemos si la persona a la que estamos preguntando es de confianza, si realmente vivió la experiencia, o si es alguien que nos traicionará y colaborará con Rusia.

Además, algo que ocurre es que las familias de los desaparecidos están asustadas y, en muchos casos, no quieren hablar por temor a ser ellos mismos desaparecidos por contar la historia de su familiar. Por este motivo, hemos encontrado cadáveres que no sabemos a quién pertenecen, a quién corresponden.

En otros casos, no tenemos acceso a la información porque las personas desaparecieron en territorios ocupados por las tropas rusas.

-¿Han podido obtener información sobre las condiciones de vida de aquellos que han sido tomados como prisioneros por las tropas rusas en Ucrania?

-Sí, actualmente hay alrededor de 8000 soldados ucranianos encarcelados en Rusia. Los que han tenido la suerte de regresar a casa hablan de torturas muy severas, aunque suelen contar solo una parte pequeña de lo que vivieron por temor a represalias. El simple hecho de expresar una opinión diferente al régimen ruso puede exponerte a estas torturas.

Tengo un colega que estuvo a cargo de la defensa en Mariúpol y ha podido compartir algo de lo que vivió durante los meses que estuvo encarcelado. Él siempre menciona que estaría muy agradecido si Rusia cumpliera aunque fuera un 10% de lo que establece la Convención de Ginebra respecto a la situación que debe vivir un prisionero de guerra. Los que hablan cuentan que muy pocos sobreviven porque las torturas no cesan hasta la muerte.

Si bien comencé hablando de los soldados, también están los civiles, de los cuales nos ocupamos en el proyecto. A lo largo de estos dos años de guerra, se ha documentado todas las torturas y violaciones que han sufrido los civiles. Se los electrocuta mediante diferentes tácticas militares. Hace poco, estuve con un colega periodista, que estuvo como prisionero, en un evento de la UNESCO en el Museo de Derechos Humanos de Santiago, y se sorprendía porque las máquinas de torturas son exactamente iguales.

En otro caso, apenas comenzó la guerra, visitamos uno de los territorios de nuestro país más cercanos al límite con Rusia, donde de los 49 jefes de territorio que había, 47 fueron tomados prisioneros por Rusia. Aquí podemos ver que si te toca o no ser prisionero de Rusia es una cuestión de suerte.

-Durante estos dos años de conflicto, ¿se ha fortalecido la unidad nacional entre el pueblo ucraniano?

-Si bien es cierto que al principio de la guerra, la sociedad ucraniana mostraba una conexión más emocional, esta dinámica ha ido cambiando con el tiempo. Hoy en día, se ha reavivado el debate político y convivimos con un amplio repertorio de opiniones políticas, visiones de la realidad social, religiones, idiomas y etnias diferentes. Sin embargo, en general, hay algo que nos une a todos. Puedes ser conservador o progresista, pero existe una unidad pragmática que abarca a todo el pueblo ucraniano: la unión contra el enemigo externo que representa Rusia.

-Acercándonos a la política, con la reciente destitución del ex Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Valerii Zaluzhnyi, quien contaba con un respaldo similar al del presidente, ¿existe preocupación en torno a una posible pérdida de apoyo para Volodymyr Zelensky?

-Es cierto que el presidente apartó de su cargo a Zaluzhnyi, pero sigue siendo parte del gobierno; ahora es nuestro nuevo embajador en el Reino Unido. Sí, creo que siempre ha sido una figura muy popular, pero esto ha ido cambiando.

La popularidad de Zelinski al principio de la guerra tuvo sus altibajos, porque era una persona más abierta a las negociaciones con Rusia, y por eso la sociedad ucraniana, que tiende a ser nacionalista y conservadora, lo tildó de ser pro ruso. Pero esto ha ido cambiando a medida que el presidente se fue posicionando firme en contra de la invasión rusa.

Ahora, Zelinski es el político más popular del país, pero hay algo que siempre remarco para entender cómo vemos la política en este momento. Incluso si no fuera Zelinski, sin saber quién sería, sabemos que haría exactamente lo mismo que está haciendo el presidente. No parece que vaya a haber un cambio de figura en el corto plazo; no hay nadie en el horizonte.

-¿Existe alguna posibilidad de alcanzar una paz negociada con Rusia?

-No hay ningún indicio de que pueda llegar a suceder. De hecho, el pasado 9 de mayo, en las celebraciones del Día de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial en Moscú, se celebró la guerra Rusia-Ucrania como un gran éxito.

Haciendo un poco de historia, cuando asumió Zelenski hubo algunas negociaciones, presionadas por Francia y Alemania, pero mínimas. En general estaban relacionadas la apertura de puentes o rutas para mejorar la comunicación entre ambos lados.

Pero hoy, Rusia ni siquiera ofrece algo públicamente para calmar las aguas. La expectativa sigue en obtener la ocupación incondicional de todo el territorio ucraniano. En general, cuando los medios hablan de negociaciones por parte de Rusia, no provienen de cargos jerárquicos ni siquiera de personas cercanas al conflicto.

Es que, la realidad es que los generales rusos están extasiados con la guerra; es algo que venían preparando durante años. Tuvimos acceso a informes que indicaban que estaban planeando la invasión a Ucrania desde hace muchos años. Por ejemplo, el ataque a la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov.

-¿Hay temor en Ucrania por una eventual victoria de Donald Trump en las próximas elecciones que deje a Ucrania en una posición aislada en su lucha?

-Es cierto que el Partido Republicano en el Congreso se ha dedicado a trabar los envíos de fondos a nuestro país, y eso ha influido directamente en el conflicto. Al comienzo de la guerra, no teníamos el equipamiento necesario para hacerle frente a la amenaza aérea de Rusia y los fondos de Estados Unidos, que eran necesarios, tardaron en llegar. Sin embargo, Ucrania tiene que aprender a sobrevivir, sin importar quién sea el presidente de otro país.

Si bien reconocemos en Ucrania los riesgos de una posible victoria de Trump, también es cierto que contamos con la ayuda de otros países, no solo de Estados Unidos. Por nombrar algunos, Suecia, Dinamarca, Países Bajos y los países del Báltico, e incluso Japón. Entonces, no estamos solos ni nos quedaremos solos.

Sobre el partido de Trump, hubo ciudades ucranianas que fueron bombardeadas y destruidas, que podrían haber sido prevenidas o neutralizadas si hubiera llegado a tiempo una respuesta por parte del Partido Republicano en el Congreso. Pero en el último año, no hemos tenido un respaldo como antes, y hemos tenido que sobrevivir, por ejemplo, manteniendo o reparando las centrales eléctricas nosotros mismos y lo hemos realizado bien.

-Sobre las negociaciones que han intentado otros países para solucionar el conflicto, ¿cómo las recibe el pueblo ucraniano?

-En 2023, hubo una propuesta por parte de China, pero era todo muy difuso y ni siquiera se entendían cuáles eran las propuestas concretas. Ucrania tiene 10 propuestas prácticas en cuanto a la política nuclear, la desaparición de personas y de niños, y otras cuestiones relacionadas con la seguridad nacional. No estamos simplemente sentados denunciando cualquier cosa que se nos ofrece. Tenemos nuestros propios planes que son prácticos y aplicables inmediatamente.

Sabemos que para lograr un acuerdo se necesitan construir lazos y conversaciones con otros países que puedan hacer que Rusia entable una relación y discuta estos temas. Ucrania está llevando adelante estas propuestas y pretende plantearlas en la Convención de Ginebra en julio.

-¿Cuánto cambió el día a día del pueblo ucraniano tras comenzar la guerra?

Entiendo que resulta muy inusual pensar en un estado en plena guerra que continúa funcionando en el mundo moderno. Sin embargo, en nuestro caso, incluso en las zonas bombardeadas y destruidas, los maestros siguen trabajando, los hospitales continúan funcionando y los bomberos siguen actuando. Incluso en los casos en que se destruyen infraestructuras como las centrales eléctricas, puedes ver a personas de todas las profesiones intentando ayudar, aunque esto solo sea posible en lugares que no han sido ocupados por Rusia.

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Las notificaciones de alerta de bombardeo aéreo que diariamente llega a los habitantes de los territorios en conflicto.

Las notificaciones de alerta de bombardeo aéreo que diariamente llega a los habitantes de los territorios en conflicto.

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Si bien hay zonas de Ucrania donde los ciudadanos tienen la capacidad de defenderse, como por ejemplo, con nuestro sistema de alerta de bombardeos que nos notifica para dirigirnos a las bases militares, la gente ha aprendido a reconocer cuándo es seguro y cuándo no durante los ataques.

Por ejemplo, cuento algo para explicar lo que vivimos: tenemos un hermoso puerto en el sur que recibe muchas visitas turísticas o de los mismos ucranianos, pero sabemos que esta semana no es recomendable ir, ya que probablemente sea el próximo objetivo de Rusia.

En cuanto a cómo percibe la sociedad ucraniana el futuro, es realmente sorprendente que a pesar de lo que estamos viviendo, aún mantengamos una visión esperanzadora. Sin embargo, esta percepción está condicionada por si las alertas nos dejaron dormir durante la noche o no. Una costumbre que se ha instaurado, ya sea que conozcas a la persona o no, es preguntarle si ha perdido algún familiar en los últimos días o si la noche anterior hubo alguna alerta en el barrio donde vive.