Con el proyecto actual, sólo el 7% de los trabajadores/as registrados quedarán alcanzados por el impuesto. Uno de los aportes que se realizaron desde las centrales sindicales fue eximir el aguinaldo y las horas extras del cómputo para el corte. Los parámetros para el cálculo que indica quien paga y quien no, se ajustarán por la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables “RIPTE”, de forma tal que irán evolucionando a la par de los salarios. En el caso de los haberes previsionales, se eleva de 6 a 8 haberes mínimos el piso para quienes no estarán alcanzados por el gravamen: esto representa actualmente unos $152.000, importe que se incrementaría en marzo por la actualización vigente. También se flexibiliza la restricción para percibir tal beneficio para aquellos que tengan otros ingresos por fuera de la jubilación, limitación que fue establecida en las reformas de 2016 y 2017. El porcentaje total de jubilados que pagarán el impuesto bajará de 5,2% a 2,4%.
Un trabajador que gana $150.000 con la legislación actual, debería pagar un impuesto anual de $115.000, con esta modificación ya no deberá tributar ese monto. Otro cambio importante que promueve el proyecto, es la deducción que actualmente alcanza al cónyuge, que se extenderá a los concubinos y concubinas sean del mismo o de diferente sexo. Respecto a la deducción de movilidad y viáticos, los montos serán fijados por los convenios colectivos de cada actividad, con un tope establecido en la ley. Es importante aclarar que la vigencia del proyecto será retroactiva al 1 de Enero de 2021, por lo cual los salarios inferiores a $150.000 recibirán la devolución de lo retenido.