Rodolfo Suarez, gestor de bajo perfil, ya ha demostrado estar listo para pelear por el objetivo mayor: la gobernación de la Provincia. 

Portador de un apellido de prosapia radical y heredero del más reconocido intendente de la Ciudad, Víctor Fayad, logró con creces hacerse cargo de la alta vara que le legó el caudillo capitalino.

Más allá de los históricos enconos entre dos duros como el Viti y el Alfredo, Rody Suarez supo tender puentes entre Capital y Godoy Cruz a fuerza de gestión y de buenas maneras. Vale como prueba simbólica la prolongación de la calle Huarpes hacia el sur superando la barrera del zanjón Frías que inauguró junto al entonces intendente Cornejo.

Y la buena relación de amistad y de integración política con el gobernador se fue profundizando, al punto que el jefe de la comuna de la Ciudad lo sucedió en la presidencia de la UCR provincial.

Así también, en su corta carrera, el crédito radical con aspiraciones de gobernar Mendoza acumulaba un importante caudal político. Ésto y el apoyo fundamental de los intendentes oficialistas le dieron la plataforma necesaria para superar sin dudas al "otro yo" del gobernador en la gestión, Martín Kerchner, por cierto muy elogiado por el mandatario.

Las encuestas observadas en detalle por un realista de la política, como Cornejo, sellaron la partida para que todos los radicales marchen juntos por su candidatura, hasta con Julio Cobos, quien mostró su apoyo los últimos días.

Lo que le queda a Suarez no será sencillo. Hoy tiene un fuerte rival en las PASO. Omar De Marchi se apoya en el reconocimiento por los cambios que ha realizado desde la intendencia de Luján y siente que ésta es su oportunidad, ya que porta el aval del presidente de la Nación.

Con mayor índice de conocimiento en la ciudadanía, pero con más cicatrices de viejas batallas políticas que su rival en la interna, el lujanino ya perdió una pulseada no menor: el desdoblamiento decidido estratégicamente por Cornejo, aunque avalado por la ley electoral, que le permite despegar los comicios provinciales de Mauricio Macri, hoy por hoy un piantavotos para los intereses del radicalismo local.

De sortear con éxito las PASO, Suarez deberá confrontar con un peronismo con vocación de unidad en la Provincia, que también tiene logros de gestión territorial. Sobre todo si el candidato es Alejandro Bermejo con pergaminos en Maipú.

La gente en su gran mayoría observa con escepticismo el proceso electoral que se avecina apesadumbrada por la inflación y la situación económica general. Pese a todo, los radicales están de festejo por el elegido. Aún no se juega la semifinal pero sienten que tienen equipo, con alguno que otro lesionado leve. Mientras, desde la tribuna del más allá, el Viti debería estar orgulloso de su hijo político que tiene la oportunidad de llegar donde él intentó pero el voto circunstancial no se lo permitió.

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