Paso fronterizo

El conflicto con los camioneros destapó problemas de larga data y Chile evalúa cambios

Transcurrió más de una semana desde que las autoridades trasandinas decidieron modificar los criterios de ingreso de manera unilateral. Los miles de conductores varados del lado argentino están en el centro de múltiples tensiones

Hay miles de camioneros varados cerca de la frontera con Chile, aunque sólo del lado argentino. Y esta vez no se trata de la nieve ni otras inclemencias del tiempo, sino del efecto de la variante Ómicron, que generó un contagio masivo en el complejo Libertadores y fue el detonante para que las autoridades trasandinas tomaran nuevas medidas. Las restricciones enfurecieron a unos 2.700 conductores que permanecen en Alta Montaña.

Fue una de las noticias de la semana y, para los que observan el conflicto desde lejos, las imágenes pueden resultar difíciles de comprender. Ningún transportista -y menos en verano- va preparado para pasar más de una semana en la cordillera, como está sucediendo.

Hoy Uspallata y sus alrededores se han convertido en una Babel latinoamericana donde intercambian saludos, almuerzos y estornudos choferes argentinos, uruguayos, paraguayos, brasileños y bolivianos. No parece la situación más adecuada cuando en todo Chile quedan sólo 282 camas de terapia intensiva y en Mendoza las clínicas reportan tasas de ocupación del 97,5%. El gran desafío, entonces, es explicar cómo se llegó a este punto.

Camioneros a la espera

El 4 de enero se abrió el paso internacional por común acuerdo. En el lado chileno, es decir en Libertadores, se testeaba a uno de cada 20 camioneros, mientras turistas y micros podían pasar siempre que sus ocupantes presentaran un seguro Covid, la validación de vacunas y un PCR negativo.

El idilio duró poco. A los pocos días, los funcionarios de la aduana trasandina informaron que sufrían un brote de coronavirus y que no podían seguir operando. En consecuencia, las autoridades de Chile decidieron de forma inconsulta vedar el paso de turistas que viajaban en autos o colectivos -muchos habían hecho reservas de alojamiento y las perdieron- y testear a absolutamente todos los choferes de camión.

Aquí, las palabras de Humberto Lepe, delegado sindical de Los Andes, al avisar que por los contagios entre sus colegas iban a cerrar el paso:

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Cuando Chile intentó retomar cierta normalidad hisopando a todos los choferes, se formaron filas kilométricas, y aquellos transportistas que daban positivo en Libertadores eran aislados por los siguientes catorce días en aquel país, sin chances de volver. La respuesta de cientos y cientos de trabajadores fue no subir más hacia el paso y estacionarse del lado argentino, a la espera de que los chilenos modifiquen su criterio.

Desde el punto de vista político, una de las grandes incógnitas era el rol que cumpliría el poderoso gremio de Camioneros en la escalada. "El 50% de los que estamos acá hace el aporte al sindicato todos los meses; pero en Uspallata ni se han presentado", se quejó Cristian Ogas, quien se definió como uno de los autoconvocados que organizó la protesta.

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Hay más de 2000 trabajadores reunidos a la espera de soluciones en Alta Montaña. Todo en medio de una escalada de casos Covid en ambos países.

Hay más de 2000 trabajadores reunidos a la espera de soluciones en Alta Montaña. Todo en medio de una escalada de casos Covid en ambos países.

Incluso se planteó la posibilidad de cortar el tránsito a aquellos transportistas que llegaran desde Chile hacia Argentina, una idea que duró pocas horas y que se convirtió en una "invitación" a que los choferes que iban en dirección oeste-este se demoren brevemente. Por entonces, los vehículos acumulados del lado argentino ya eran más de 2.000.

"Somos nosotros los que sufrimos el atropello -arengó Ogas-. Te hisopan en Libertadores, nunca te muestran el resultado, te dicen que sos positivo y te aíslan a vos y a los que tengas cerca". Cuando se armó la movida para quedarse en las montañas, la Asociación de Propietarios de Camiones Mendoza (APROCAM) exteriorizó su apoyo y les llevó comida a los varados.

Argumentos, diferencias y avivadas

¿Y el gremio? Ricardo Letard, secretario general de la filial Mendoza del Sindicato de Camioneros, no quiso esperar más y se metió en la discusión. "La situación es pésima y creemos que los camioneros tienen razón en un 80%. En un 20% creemos que no porque es imposible perder de vista que estamos en una pandemia mundial: querer intervenir en un protocolo de otro país no pasa por un paro o un corte de rutas", argumentó.

Aseveró, por otro lado, que su gremio no avala las medidas y que el líder de Camioneros, Hugo Moyano, ya había solicitado colaboración de Cancillería y Nación porque "el tema va más allá de lo que haga un sindicato". Jugada por otro lado comprensible, ya que como aliado de Alberto Fernández lo que menos quiere el histórico dirigente es sumar otro problema a la colección del Presidente.

Para colmo, el 17 de enero se conoció que un enfermero de 36 años, oriundo de Godoy Cruz, había sido detenido por vender en Mendoza más de 800 resultados negativos de testeos a personas que lo necesitaban para viajar o realizar algún trámite.

Al otro lado de la montaña, los funcionarios de Libertadores encontraron ahí una explicación para la cantidad de gente que les llegaba con PCR negativo y luego daba positivo en el test de antígenos que ellos concretaban allá arriba. De hecho, la noticia de los tests falsos llegó a la prensa trasandina e hizo que la decisión de cerrarse cobrara fuerza:

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La prensa chilena de hizo eco del reclamo de los aduaneros.

La prensa chilena de hizo eco del reclamo de los aduaneros.

A propósito de ese asunto, Letard denunció: "Yo hablé con autoridades de Los Andes y les pregunté qué había pasado. Me respondieron que cada 100 turistas que entraban, 90 llegaban a Libertadores con PCR truchos. La viveza criolla: daban positivo a pesar de tener un PCR negativo con fecha del día anterior, porque eran tests falsos. Y lamentablemente, los que terminan pagando el pato son los camioneros".

Otro factor gravitante es que los vecinos siguen de cerca la situación epidemiológica argentina y saben que no pueden permitirse traspiés. En efecto, ya el 6 de enero el presidente del Colegio Médico de Chile, José Miguel Bernucci, avisó que la ocupación de camas críticas del lado chileno estaba en "alrededor del 90%" y que "no era buena idea" mantener abierta la frontera.

Ahora bien: ¿por qué el lío siempre se arma del lado argentino? El sindicalista Letard compartió su interpretación, que es la de muchos. "Falta mayor presencia de Nación, porque parece que la aduana argentina nos la manejara Chile", dijo. Y remató: "Allá no hay un solo camionero que se pare y haga lo que hace acá ¿Por qué? Porque allá los cagan a palos".

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Dormir, comer y conversar es lo único que pueden hacer los trabajadores que decidieron quedarse en el lado argentino como forma de protesta.

Dormir, comer y conversar es lo único que pueden hacer los trabajadores que decidieron quedarse en el lado argentino como forma de protesta.

Diálogo internacional

Recién el viernes 21, Cancillería envió una misiva al saliente gobierno de Sebastián Piñera instándolo a retrotraer las medidas sanitarias a la semana anterior, debido a que los criterios habían sido consensuados el 30 de junio de 2021 por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay en un acuerdo que preveía dar aviso con anticipación ante cualquier cambio.

Legisladores argentinos, entre ellos la radical Mariana Juri, apuntaron que la respuesta de Nación fue tardía: "hasta que no intervenimos, ellos no mostraron gran interés por este tema"", subrayó Juri.

Paralelamente, los choferes de otros países limítrofes apelaron a sus respectivos Estados para que se inicien negociaciones. El cónsul de Chile en Mendoza, Eduardo Schott, confirmó a UNO que cabía la posibilidad de que se abriera una mesa de diálogo internacional para resolver el desacuerdo y mencionó un par de modificaciones que están barajando del otro lado las montañas.

"Por el momento, Chile pondrá en la fronteras 14 casetas en lugar de 5, para acelerar el proceso de testeo de los transportistas. Y la otra medida que se evalúa es la posibilidad de que los choferes que den positivo en Libertadores puedan hacer la cuarentena en Argentina en lugar de llevarlos a unos recintos del lado chileno", declaró el funcionario, aunque adelantó que "falta que lo confirmen los organismos competentes".

"Hay otras propuestas -continuó-. Por ejemplo, se habló de la posibilidad de que Argentina pueda terciar con algunos funcionarios que colaboren con los hisopados".

-Pero el hecho de cerrar el paso al turismo argentino, ¿no afecta a esa industria en su país?

-Hay que tener en cuenta que los asuntos relacionados con el turismo tienen en Mendoza un primer plano asegurado. En Chile no es lo mismo, porque este tema se diluye entre otros. Es importante, sí. Pero la Región Metropolitana de Santiago posee unos 8 millones de habitantes, así que estamos hablando de un conglomerado muy grande donde la preocupación pasa por muchos otros temas. Y si bien este conflicto afecta al turismo, no se le ha dado la cobertura ni el protagonismo que tiene acá.

Si se analiza la dinámica trasandina, está claro que Piñera necesita apuntalar su imagen en los últimos meses de gestión. Gabriel Boric, el nuevo presidente, asumirá el 11 de marzo y la política tradicional chilena precisa dejar una sensación de orden tras la derrota en las elecciones. De hecho ese valor, la conservación del "orden", ha sido uno de los blasones frente a un proceso social que -protestas callejeras mediante- rompió estructuras y promete grandes novedades.

Entre tanto, hasta el viernes el paisaje en las montañas era este:

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