Por Rosana [email protected]
Es Ernesto Sebastián Montenegro, quien fue denunciado en enero por dos enfermeras que trabajaban con él en una clínica de Mendoza. Lo decidió la fiscal Cecilia Bignert.
Es Ernesto Sebastián Montenegro, quien fue denunciado en enero por dos enfermeras que trabajaban con él en una clínica de Mendoza. Lo decidió la fiscal Cecilia Bignert.
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El reconocido médico cirujano local Ernesto Sebastián Montenegro fue imputado por el delito de abuso sexual simple en dos hechos, luego de que dos enfermeras que trabajaban con él en la Clínica Aconcagua de Ciudad lo denunciaron ante la Justicia en enero. Una de las mujeres se había presentado como testigo de la otra, pero frente al ayudante fiscal que le tomaba declaración se quebró y confesó que ella también había sido víctima de Montenegro y lo denunció penalmente. Tras tomar estado judicial, a la enfermera que destapó el caso habrían dejado de pagarle sus sueldos.
El episodio que quedó reflejado en el expediente 19807/14, bajo la carátula de “abuso sexual simple”, ocurrió el 25 de enero último en Clínica Aconcagua, en Colón 277 de Ciudad, donde la denunciante trabajaba como enfermera.
“Ese día yo estaba con un paciente de terapia intermedia, haciéndole ejercicios porque no se movilizaba y el doctor Ernesto Sebastián Montenegro entró y me apoyó su pene en la cola y tocó el monitor como haciéndose el desentendido. Me alejé y le dije que no se desubicara y llamé a la chica de la limpieza para que se quedara conmigo. Después, cuando le conté a ella lo sucedido, me dijo que él era así de zarpado”, comenzó contando una de las víctimas, de 28 años, quien se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico por las secuelas que le dejó el ataque sexual.
Según dijo la mujer en su denuncia en la Oficina Fiscal Nº1 de Ciudad, tras ese incidente el galeno le pidió que lo acompañara al quirófano. “Fui pensando que íbamos a buscar algo para el paciente y obedecí la orden porque él era director de médicos. Pero entramos, cerró la puerta y se me tiró encima, queriéndome besar a la fuerza, mientras me manoseaba, me tocaba los pechos y me decía obscenidades. Lo empujé y le grité ¿Qué estás haciendo?, y él me contestó: “¿Qué? ¿no te gusta?”, se desprendió el pantalón y volvió a tirarse encima mío. Yo lo saqué como pude y salí corriendo a terapia, desesperada, porque sentía que me había querido violar”, revivió la mujer con un nerviosismo que se le nota en la voz.
De acuerdo con el relato, ese día ella comentó lo ocurrido con una empleada de la limpieza, a quien no le llamó la atención lo que escuchaba y le respondió: “¿A vos también?”, dándole a entender que lo mismo habían sufrido otras mujeres de la clínica, y entre ellas nombró a otra enfermera del turno tarde.
Aparentemente, mientras ambas hablaban apareció en escena Montenegro dándole una orden de trabajo a la enfermera. “Me dio la indicación, y yo acaté la orden y atemorizada le pregunté si necesitaba algo má,s y me contestó que sí: se agarró el pene y me dijo: esto es para vos y esto queda pendiente, todo delante de la chica de la limpieza, quien fue testigo de su perversidad”.
Con miedo de volver a cruzarse con el médico y sintiéndose humillada y ultrajada, la víctima pensó en alejarse del lugar para pensar si lo denunciaba o no. Por ello le pidió licencia a la encargada del personal.
Una semana después la llamó el encargado de la clínica para ver cómo le devolvían 25 licencias que le adeudaban del 2013. El hombre, quien firma los bonos de sueldo como administrador de la clínica, le habría aconsejado no denunciar lo sucedido, aduciendo que a sus oídos había llegado el comentario. “Él lo justificó diciendo que hizo eso conmigo porque supuestamente estaba ebrio y creyendo que yo ya había hecho la denuncia me dijo que había hablado con el gremio para que las personas que lo habían denunciado pararan cualquier acto contra él. Esa charla la grabé con el celular”. Al denunciar el caso, la mujer aportó la declaración de una compañera, quien ante el ayudante fiscal terminó confesando que ella misma había sufrido una situación similar y fue derivada al forense.
A mediados de agosto, la enfermera que destapó el caso de abuso sexual se presentó en la Oficina Fiscal para constituirse como querellante particular y ampliar su denuncia. Allí dejó constancia de que a pesar de que se encuentra con licencia por enfermedad y está embarazada, desde la clínica no le abonaron los sueldos de junio y julio, y tampoco el aguinaldo.
Al médico denunciado se le tomó declaración informativa y el miércoles 17 la fiscal Cecilia Bignert firmó la citación para notificarlo de su imputación de “abuso sexual simple en dos hechos”, según confirmó la misma fiscal y figura en el expediente P- 19807/14.
El galeno, a quien le enviaron la citación a su domicilio particular en Guaymallén y en el domicilio laboral en la Clínica Aconcagua, debía presentarse ayer a las 15.30 a comparecer en la Fiscalía de Ciudad, pero no lo hizo.
La voz de su defensorHace poco más de un mes, el abogado Martín Ríos –representante legal de Montenegro– aseguró que éste, tras conocer la denuncia en que la enfermera señaló que el galeno la había atacado en un sector de la clínica donde no había cámaras (el quirófano), él presentó como prueba las imágenes captadas por una cámara ubicada a la salida del quirófano.
“En esas imágenes se la ve hablando con una compañera y riéndose, mientras ella denunció que salió muy compungida por lo que acababa de ocurrirle”, señaló Ríos.
El letrado justificó que su representado no hubiese comparecido diciendo que las citaciones no le habían llegado. “En la clínica Aconcagua renunció poco después de las denuncias”, dijo.
"Él no se presentó porque no le llegaron las citaciones", dijo Ríos, abogado del médico citado a indagatoria.
►Dos mujeres. La primera acusación contra Ernesto Sebastián Montenegro se radicó el 25 de enero, en la Oficina Fiscal Nº1 de Ciudad. Una enfermera presentó de testigo a una colega que también dijo haber sido atacada por el galeno.
La acusación prevé una pena de seis meses a cuatro años de prisiónEl delito de abuso sexual está contemplado en el artículo 119 del Código Penal de la Nación.
Allí está estipulado que “será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”.
Esta es la figura penal que se aplica en el caso del médico Ernesto Sebastián Montenegro.