Trasladado el sospechoso a la Comisaría 10, las autoridades detectaron que era un joven con pedido de captura por un crimen. Es que este adolescente es hermano de dos hombres que están alojados en la penitenciaría e imputados por el homicidio de Fernández. No se los nombra para preservar la identidad del menor, pero ambos cuentan con muchos antecedentes y son reconocidos en la delincuencia local. El chico de 16 años fue sindicado como presunto participe en el asesinato y por las pruebas que hay en su contra ya fue imputado. Luego de la notificación formal fue trasladado a al Comisaría del Menor y se tomarán las medidas tutelares correspondientes por su condición. Cabe aclarar que según lo especifica el Código Penal, desde los 16 años las personas pueden ser imputadas. La investigación actualmente está en manos del fiscal de Maipú-Luján Gustavo Stroppiana, quien tomó la causa luego de que la doctora María de las Mercedes Moya comenzara a cumplir funciones en Capital. Antes de su traslado, la magistrada ordenó que la imputación para los sospechosos sea de homicidio criminis causa (matar para ocultar otro delito y con pena única de prisión perpetua) y la misma calificación recayó sobre el menor. En los primeros días el hecho había sido calificado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego, aunque la sumatoria de pruebas y testimonios derivaron en el cambio de carátula.
Detenciones El día del crimen, el 1 de noviembre, la policía arrestó en el barrio donde ocurrió el hecho, Corazón de Jesús de Gutiérrez, a un hombre de apellido Molina y que actualmente todavía está detenido, aunque casi no hay pruebas en su contra. No fue señalado en rueda de reconocimientos y ninguna de las huellas levantadas en la escena corresponden a él. En este marco y con los tres hermanos detenidos, que son los principales sospechosos ya que actuaron tres sujetos, Molina podría recuperar la libertad en los próximo días. Distinta es la situación de los hermanos mayores de edad, quienes fueron capturados con diferencia de siete días-el primero en Maipú y el otro en Guaymallén- y que fueron reconocidos por los familiares de la víctima. Néstor Fernández, chofer de micros de larga distancia, había llegado con su familia desde Tunuyán y se habían dirigido hasta un domicilio de Gutiérrez para comprar un auto. Repentinamente aparecieron tres ladrones para asaltarlo y ante la resistencia del hombre le efectuaron un disparo mortal en la cabeza.