A la vez, en los casos de Inca, Cuevas, Fariña y Miño, agregó la imputación de delito de "falso testimonio agravado", ya que los tres declararon como testigos ante la Policía Federal cuando fue convocada para tomar el caso.
Las nuevas imputaciones fueron requeridas por Gómez Barbella tras la ampliación de las indagatorias de esos seis acusados llevadas a cabo este lunes.
No obstante, como los policías de la Ciudad están detenidos desde el 27 de noviembre pasado -salvo Miño que estuvo prófuga y se entregó el 29- el juez Del Viso debe resolver sus situaciones procesales pero por las primeras imputaciones realizadas: "encubrimiento agravado, privación de la libertad agravadas y falsedad ideológicas", dijeron fuentes de la causa.
Lucas González el adolescente asesinado por policías.jpg
Para sustentar la nueva acusación, el representante de Ministerio Público se basó en la definición que dice que "por tortura se entenderá no solamente los tormentos físicos sino también la imposición de sufrimientos psíquicos, cuanto éstos tengan gravedad suficiente", y apeló también a la Convención sobre los Derechos del Niño.
"De la normativa internacional (...) surgen tres ejes esenciales referentes a específica prohibición de aplicar torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes a menores; que la detención del niño debe llevarse a cabo de acuerdo a la ley y que durante la misma, deben recibir un trato humanitario y respetuoso que atienda a las necesidades propias de su edad, aspectos respecto de los cuales no se efectuó ninguna consideración en el procedimiento llevado a cabo" para con los adolescentes, escribió.
Y continuó: "La tortura se caracteriza, entonces, a partir de la gravedad de los sufrimiento padecidos por la víctima".
El procedimiento policial
En este sentido, mencionó que los "sufrimientos recibidos por Lucas González a través de la quemadura en su mano durante el procedimiento policial y mientras inventaban pruebas en su contra colocando un arma detrás suyo" y el de sus amigos "a través de las frases abominables, racistas, cargadas de odio, discriminatorias y estigmatizantes junto a sus detenciones ilegales después de haber baleado a un amigo suyo por parte de policías en un procedimiento inventado, luego de intentarlos matar y mientras estaban esposados".
Por ese mismo delito, junto a los de falsedad ideológica, encubrimiento y privación ilegal de la libertad, la fiscalía pidió la detención de otros ocho policías: un comisario inspector, un comisario, un subcomisario, dos principales, un oficial mayor, un oficial primero y un oficial.
Fiscal pide procesar por tortura a los policías acusados por el asesinato de Lucas Gonzalez
Ese planteo también debe resolverlo el juez Del Viso, aunque sin plazo perentorio, agregaron los voceros.
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El crimen de Lucas González fue cometido cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando el adolescente y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del automóvil Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Tras ello fueron interceptados por un automóvil Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4, sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados de la Policía de la Ciudad y sin identificarse como tal.
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De acuerdo a las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital "El Cruce", de Florencio Varela.