Así lo aseguraron sus familiares, quienes revelaron una trama de dolor conyugal que no tenía fin. Una historia que fue noticia en todo el país.

Mirta, la mujer asesinada con una espada, ya había denunciado a su esposo en la Justicia

Por UNO

“No se acerquen porque la voy a matar a ella y los voy a matar a ustedes”, les habría gritado un hombre de unos 50 años al puñado de vecinos de La Primavera en Guaymallén que le rogaban que dejara de pegarle a su mujer, a quien ya tenía semiinconsciente en el piso y continuaba golpeando. Fueron esas personas los involuntarios testigos del momento en que el enfurecido marido empuñaba una catana (espada japonesa) y apuñalaba mortalmente a su esposa. El sujeto logró escapar en su camioneta, pero fue atrapado por la policía a unos kilómetros del lugar del ataque. La víctima agonizó varias horas y falleció en el Hospital Central a raíz de las lesiones que sufrió. Es el segundo caso de mujeres que mueren a manos de sus esposos en 8 días en Mendoza.

Como hacía habitualmente, Mirta Barchiessi (51) salió ayer de su casa cerca de las 6.40 con destino al vivero en que trabajaba desde hacía tiempo. La mujer cargó su mochila y emprendió el viaje en su bicicleta. Pocos minutos después su padre oyó arrancar la camioneta del marido de la mujer. Lo que nunca sospechó era el plan que éste tenía.

Al parecer Mirta sólo alcanzó a recorrer escasos 700 metros hasta que su marido, Luis Vivares, le dio alcance y le cruzó la camioneta.

A los gritos el hombre le habría recriminado algunas cosas, pero eso no era una discusión más de pareja. Fuera de sí, Vivares la habría tomado del pelo y comenzó a golpearle la cabeza contra la camioneta Peugeot en la que él se movilizaba.

La tranquilidad que a esa hora reinaba en los alrededores de calle Paladini hizo que los vecinos salieran de sus casas para averiguar de dónde venían los gritos. Así fue que dos de los lugareños se encontraron con la violenta escena en la que Mirta Barchiessi era brutalmente golpeada y casi sin poder defenderse desde el piso sólo trataba de cubrirse el rostro ante las patadas que le propinaba su marido. Esos hombres le pedían que dejara de golpearla, pero cuando quisieron acercarse para defender a la mujer, el exasperado marido sacó a relucir una enorme catana, de unos 70 centímetros de largo, con la que lanzaba amenazantes sablazos a diestra y siniestra. De hecho, mientras ellos intentaban convencerlo, se detuvo también un camionero que al ver al hombre armado buscó una tabla y lo golpeó para que tirara el arma, pero la furia del agresor pudo más.

“Estábamos desesperados, porque no podíamos acercarnos y llamábamos al 911 y nadie nos atendía. Ella ya estaba en el piso, cuando él se le subió encima y la apuñaló cargando todo su peso sobre el arma que le clavó en la panza”, contó ayer, aún temblando, Estela, una de las vecinas que presenciaron el salvaje ataque.

Tras conseguir su propósito, el enloquecido marido regresó a su camioneta y emprendió la fuga.

En ese momento pasaba por allí un móvil policial que acudía al llamado por un robo. Esos efectivos fueron quienes persiguieron al fugitivo y tras solicitar apoyo consiguieron atraparlo en la rotonda de Salcedo, a unos pocos kilómetros del lugar.

“Cuando nos avisaron fuimos al lugar y ella estaba desfigurada. Tenía la cabeza hinchada y perdía sangre por la boca. Uno de los cortes le perforó un pulmón y murió cerca de las 14.30”, contó Sandra, cuñada y vecina de la víctima fatal.

El detenido, de profesión carpintero, quedó alojado en Comisaría 9ª, a disposición del fiscal Mauro Perassi.

Una separación con final trágico

Familiares de Mirta Barchiessi coinciden al relatar que su matrimonio, de más de 25 años, estaba acabado desde hacía tiempo. Sin embargo, y pese a estar separada de hecho de su marido, la mujer no habría conseguido que él abandonara la casa en donde vivían con sus cuatro hijos ya adolescentes.

“Ella era muy reservada, pero todos sabíamos que estaban separados. De hecho creo que ya había hecho una presentación judicial para que lo obligaran a él a dejar la casa”, contó Sandra, cuñada de la víctima.

Presumiblemente fue esa decisión de la mujer lo que habría enfurecido aún más a su marido, que se negaba a dejar el hogar.

Al parecer, a sabiendas de que esa orden judicial llegaría en cualquier momento, el esposo de Barchiessi planificó el ataque que concretó en la mañana de ayer.

De eso habría constancia en una carta de cuatro hojas que la policía halló entre las pertenencias del acusado.

En esas líneas el ahora detenido habría manifestado que tras asesinar a su mujer él también se quitaría la vida, lo que finalmente no sucedió.

Ayer luego de su detención, el acusado fue revisado por los médicos forenses, quienes le confirmaron al fiscal Perassi que el hombre es “imputable y es plenamente consciente de las consecuencias de sus actos”.

Por tanto, anoche iba a ser imputado del delito de homicidio agravado por el vínculo, que prevé una pena de prisión perpetua.

En tanto, anoche, el fiscal Perassi solicitó que se le informe si existía algún tipo de medida tutelar o exclusión de hogar para el acusado.

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Víctima. Mirta Barchiessi (51) tenía cuatro hijos.
Víctima. Mirta Barchiessi (51) tenía cuatro hijos.
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Dolor. Sandra, la cuñada de la víctima, acudió a ayudarla tras el ataque. “Estaba desfigurada”, dijo.
Dolor. Sandra, la cuñada de la víctima, acudió a ayudarla tras el ataque. “Estaba desfigurada”, dijo.