Allí, y sin poder escapar, identificaron a la conductora, una joven de 25 años, quien se notaba que estaba alcoholizada, e iba acompañada de un joven de 19 años.
Le hicieron el test, el cual dio como resultado que la joven tenía 1,11 gramos de alcohol en sangre, lo que supera ampliamente lo permitido en la provincia que es de 0,5 gramos de alcohol en sangre para conductores particulares.
Los dos jóvenes fueron subidos a otro móvil para ser trasladados a la comisaría, pero la chica comenzó a pegar pagatas y golpes en una de las puertas, hasta que llegó a descuadrarla.
Además de las infracciones por evadir un control policial, resistirse a la autoridad, chocar un móvil, causar daños en otro y manejar borracha, los dos fueron procesados por incumplir el artículo 205, debido a que circulaban en el horario en el que solo puede hacerlo personal escencial.