Los abogados defensores no se quedaron de brazos cruzados y apelaron esa medida. La estrategia fue insistir con la teoría de que Diego Sicre no participó de la pelea y quien sí lo hizo fue su sobrino, pero en legítima defensa. En ese caso, ambos deberían ser sobreseídos y liberados. En segundo término, la otra opción es calificar el caso como un homicidio preterintencional que es un delito excarcelable -de 1 a 3 años de prisión-, alegando que Matías Sicre solamente le propinó un golpe a Carlos Amieva lo cual no debería haberle causado la muerte.
Sin embargo, el juez Agustín Chacón ratificó la postura de la Fiscalía y confirmó el encarcelamiento preventivo y la caratula de homicidio simple. Si bien la defensa puede intentar cambiar la situación ante la Suprema Corte de Justicia, todo parece indicar que los Sicre continuarán en ese estado hasta llegar a juicio oral y público.
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Matías Sicre, uno de los imputados.
Golpiza en Tunuyán a Carlos Amieva
En la noche del sábado 15 de enero pasado, cerca de las 23, Carlos Amieva iba junto a su pareja en su auto por calle Hipólito Yrigoyen, a dos cuadras de la calle principal de Tunuyán, donde tuvo una pelea verbal con al menos dos hombres que circulaban en una camioneta detrás de él.
Lo que originó el enojo fue que Amieva estaba siendo encandilado por las luces del vehículo mayor. Sin embargo, la situación no se limitó al cruce verbal ya que los hombres se adelantaron y encerraron al también periodista deportivo. Los protagonistas se bajaron de sus rodados y se trenzaron en una pelea donde Carlos Amieva terminó inconsciente en el suelo.
El entrenador sufrió fuertes lesiones en su cabeza que provocaron una severa inflamación de su cerebro. Primero fue internado el el hospital Scaravelli, pero por la complejidad de su cuadro lo derivaron al Hospital El Carmen, en Godoy Cruz, donde fue operado, pero finalmente murió en la madrugada del 20 del jueves.