Todo sucedió cuando el cuidador, un hombre de 47 años, fue visitado por una mujer conocida en la zona como "Paola" que le ofreció $500 para enterrar en el patio una caja con una bolsa de consorcio adentro. El sujeto al consultarle qué tenía, la misteriosa mujer le dijo que unas sábanas con manchas de sangre.
El hombre aceptó y enterró la caja, pero esto no lo dejó tranquilo y decidió contarle lo sucedido al pastor del lugar, Rosendo Salto. Esta persona fue la que le dio aviso a la policía y al desenterrar la caja, descubrieron que en el interior había restos de una pierna humana y un empeine.
De inmediato tras el extraño hallazgo se le dio aviso a la fiscalía de turno, a cargo de Ángel Belluomini, quien se trasladó al lugar de los hechos. Con la llegada de la División Homicidios y Delitos Complejos, División Criminalística y la División Bomberos, se dispuso el traslado de los restos a la morgue para ser analizados por el Cuerpo Médico Forense y tomar muestras de ADN.
La policía, por su parte, entrevistó a la mujer que había pedido enterrar esa caja y le tomaron declaración sobre el origen del contenido.