A más de una semana de estar privado de su libertad, finalmente Nicolás Gil Pereg (36) presentó un estudio de abogados particulares que lo defenderá en la causa que lo señala por haber asesinado a su madre y a su tía, las turistas israelíes que visitaron Mendoza. Los letrados ya hicieron algunos pedidos ante la fiscal del caso.

Los abogados Maximiliano Legrand, Marcos Segovia y Lautaro Brachetta se ofrecieron como defensores del israelí, quien a su vez firmó un escrito aceptando a sus nuevos patrocinadores.

Los nuevos representantes legales realizaron una batería de pedidos ante la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, varios de ellos similares a los que ya había realizado el defensor oficial Diego Flamant, quien llevó la defensa hasta el viernes.

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En detalle, propusieron peritos de control para el examen psicológico que se le realizará a Gil Pereg -se espera que sea en el transcurso de esta semana- y solicitaron una inspección física para determinar sus condiciones de salud. Por otro lado, pidieron medidas de resguardo para los 12 gatos y el perro que todavía están abandonados en el predio del acusado ubicado en calle Roca de Guaymallén.

Sucede que la ONG que intervino para rescatar a algunos de los animales que estaban en el lugar no tiene la capacidad para alberga a los que faltan, por eso no se resuelve la situación de las mascotas del acusado.

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En paralelo, la fiscal Ríos continúa incorporando pruebas al expediente de cara al próximo paso en la pesquisa: el pedido de prisión preventiva. En esa instancia, un juez penal colegiado resolverá si Gil Pereg debe continuar privado de su libertad mientras avanza la investigación.

Desaparición y muerte

Pyrhia Saroussy (63) y Lily Pereg (54) llegaron a Mendoza el 11 de enero pasado. Las mujeres israelíes venían con el objetivo de visitar al hijo de Sarusi, Gilad, quien vive en la provincia desde hace diez años aproximadamente.

De hecho, al día siguiente se reunieron con el hombre y los tres fueron juntos hasta el lugar donde vive en condiciones de poca higiene: un predio de canchas de fútbol y de paddle abandonadas. Desde ese momento, no fueron vistas nunca más.

Gil Pereg fue sospechoso por su extraño modo de vida -vivía como un marginal pero tenía 3 millones de pesos en su domicilio-, aunque nunca se pudo encontrar pruebas para vincularlo. La Justicia investigó el caso como una averiguación paradero hasta el 25 de enero cuando un cotejo con una mancha hallada en su domicilio determinó que era sangre de las víctimas. Esa misma jornada fue detenido y al día siguiente se encontraron los cuerpos.

Lily Pereg, quien era docente de microbiología en Australia, fue ultimada de tres disparos. En tanto que la madre del acusado fue golpeada hasta morir. Ambas fueron empaladas con un hierro de construcción cuando ya estaban sin vida.

Desde entonces Gilad Pereg se encuentra detenido e imputado por homicidio agravado por el vínculo y homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Arriesga la única pena de prisión perpetua.