En la década de 1930, la tranquila ciudad de Florida, Estados Unidos fue escenario de uno de los casos más perturbadores de la historia criminal sobre profanación de cadáveres. Y un médico, fue el protagonista.

Carl Tanzler, nacido en Alemania en 1877, era un hombre excéntrico que trabajaba como técnico radiológico en un hospital. Casado y con dos hijas, abandonó a su familia para perseguir su destino en Florida, Estados Unidos, donde conoció a Elena Hoyos en 1930.

Esta joven cubana de 21 años tenía belleza exótica. Pero había un problema: padecía tuberculosis, una enfermedad entonces mortal. El médico quedó inmediatamente obsesionado con ella, convencido de que era la mujer que aparecía en sus visiones de vida.

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver
Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

A pesar de que Elena Hoyos no correspondía sus sentimientos y estaba casada, el médico la colmó de regalos, joyas y tratamientos experimentales, instalando equipos de rayos X en su casa para intentar salvarla. Sus esfuerzos fueron en vano: ella murió el 25 de octubre de 1931.

Devastado, Carl Tanzler pagó su funeral y construyó un mausoleo al que visitaba casi todas las noches, afirmando que el espíritu de la mujer le hablaba y le pedía liberarla. Y así fue que terminó profanando el cadáver.

El médico convivió con un cadáver

En abril de 1933, la obsesión de Carl Tanzler cruzó un umbral inimaginable. Una noche, robó el cadáver de Elena Hoyos del mausoleo y comenzó un grotesco proceso para "preservarla". Usó alambres y perchas para unir sus huesos, reemplazó sus ojos con cristal, cubrió su piel en descomposición con seda empapada en cera y rellenó su cuerpo con trapos para mantener su forma. Para ocultar el olor de la putrefacción, aplicó perfumes y desinfectantes.

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver
Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

El médico vivía con el cadáver como si fuera su esposa, vistiéndolo con ropa elegante y durmiendo a su lado en la cama. Incluso insertó un tubo en la pelvis del cuerpo para facilitar actos necrofílicos.

Durante 7 años, Carl Tanzler mantuvo su secreto, pero los rumores comenzaron a circular. Los vecinos notaban su comportamiento extraño, como comprar ropa de mujer y grandes cantidades de perfume, o verlo bailar con lo que parecía una muñeca de tamaño real frente a una ventana abierta.

En octubre de 1940, la hermana de Elena Hoyos confrontó al médico tras escuchar los rumores. Al entrar en su casa, descubrió horrorizada el cadáver de su hermana, ahora una grotesca figura de cera. Las autoridades arrestaron a Carl Tanzler, quien no mostró remordimientos, insistiendo en que su amor era puro.

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver
Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

Carl Tanzler, el médico que profanó el cadáver

El juicio por lo que hizo con el cadáver

El caso se convirtió en un circo mediático. Sorprendentemente, gran parte del público mostró simpatía hacia Carl Tanzler, viéndolo como un "romántico excéntrico". Enfrentó cargos por profanación de tumba, pero el caso fue desestimado porque el delito había prescrito.

El médico se mudó a otra ciudad y murió en 1952, a los 75 años. Su cadáver fue encontrado abrazado a una máscara mortuoria con la cara de Elena Hoyos.

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