El "Matapresos"

El expediente criminal del mendocino Diego Casanovas, uno de los mayores asesinos seriales

Mató a un jubilado durante un asalto en Maipú y ya en la cárcel asesinó en distintas ocasiones a cuatro presos y un guardia

Por UNO

Por Gastón Marote, de la agencia Noticias Argentinas

Diego Roberto Casanova se crió en la localidad mendocina de Maipú y era conocido como un delincuente "picante" que cometía robos hasta que un día mató a una persona en un asalto y fue llevado a una prisión, donde se ganó el apodo de "El Matapresos" tras asesinar a cinco reclusos.

Por lo tanto, Casanova, quien antes de todo esto era conocido en la jerga del "hampa" como el "Gordo Picurú", totaliza seis homicidios, por lo que es uno de los asesinos seriales más crueles de la historia criminal argentina.

Nacido en Maipú en 1980, además de ser un conocido y peligroso ladrón de la zona, se caracterizaba por ir todos los domingos a ver a su equipo favorito de fútbol: Deportivo Maipú. En 2004 fue detenido y registró su primera entrada en una cárcel por robo, pero salió libre a las pocas semanas.

Sin embargo, ese mismo año, el 14 de octubre, cometió su primer crimen. Esa madrugada junto cono un cómplice ingresó a la casa de Mario Federico Quevedo, de 67 años, en el barrio México I de Maipú con la idea de llevarse algunos objetos del lugar mientras el hombre dormía.

El jubilado se despertó al escuchar unos ruidos y Casanova con su compañero de delito lo asesinaron a puñaladas porque no querían testigos de sus atracos.

Los delincuentes no escaparon rápidamente, sino que se tomaron su tiempo para dejar al jubilado asesinado sentado en un sillón, con la cabeza gacha, "mirando" hacia la puerta de calle y con una frazada en las piernas.

Nadie se había dado cuenta del crimen de Quevedo, hasta que una nena de 12 años que pasaba por el lugar lo vio así por la ventana y entonces se conoció el hecho.

Horas después "Picurú" cayó detenido en su casa del barrio Tropero Sosa (muy cerca de la de la víctima), ya que le encontraron elementos pertenecientes al jubilado y ropa con sangre del hombre de 67 años.

Fue condenado por el crimen a 20 años de prisión y fue alojado en la cárcel de Boulogne Sur Mer.

El 17 de junio de 2006 llegaron a ese penal los presos Diego Ferranti, de 32 años, y Gerardo Gómez, de 28.

Ambos habían participado del motín vendimial de 2000 en ese lugar y habían sido sacados de esa prisión hacia una cárcel de Córdoba porque sus vidas allí corrían peligro.

El objetivo de su llegada era que declararan por la causa del motín, pero fueron asesinados y sus cuerpos aparecieron envueltos en frazadas y agujereados a puñaladas la misma mañana en que los esperaban en Tribunales.

Por el homicidio fueron acusados cinco presos: Víctor Ramírez, Cristian Tejada, Enrique Montuelle (descuartizadores del interno Sergio Salinas en 2004 en Boulogne Sur Mer), Gastón Lucero y el propio Casanova.

En noviembre de 2010 fueron condenados cuatro de los reos a prisión perpetua y entre ellos estaba "Picurú".

Casanova protagonizó varias incidentes dentro de la cárcel y en uno de ellos, ocurrida en abril de 2012 en Almafuerte, un preso se le clavó una faca en el ojo izquierdo y en distintas partes del cuerpo.

A "Picurú" le salvaron la vida en el hospital pero no el ojo izquierdo, por lo que a los dos apodos que ya tenía le sumaron un tercero: "El Tuerto".

Asimismo, dentro de prisión ostenta otro triste récord: "acumula 67 faltas disciplinarias graves, lo cual es muchísimo", precisaron fuentes del penal.

El "Matapresos", según relatos dentro del mismo penal, "no habla mucho y en los recreos se la pasa en cuclillas, mirando a sus colegas con un cigarro entre sus dedos. Es de pocos amigos".

El 27 de noviembre de 2006 aprovechó que el interno José Manuel Cruz dormía para envolverlo con una frazada y sin darle tiempo a nada, comenzó a apuñalarlo.

Cruz, que llevaba apenas un mes y medio detenido por un asalto a una pareja a la salida de un boliche en el Acceso Sur, murió en el acto producto de las 20 puñaladas que recibió.

Por ese hecho llegó a juicio en 2008 junto con otros dos compañeros, pero la Cuarta Cámara del Crimen sólo halló culpable a Casanova y le dieron 12 años por homicidio simple.

En 2010, ya con fuertes condenas sobre sus espaldas -una perpetua y otras de 20 y 12 años-, Casanova habitaba en la cárcel Almafuerte.

El sábado 24 de abril de ese año, compartía su celda del Módulo Tres con dos presos más y alrededor de las 7 dos de ellos comenzaron a gritar que un reo tenía convulsiones.

Cuando un guardia llegó y abrió la puerta se dio cuenta de que todo era una trampa: entre los tres -el que aparentemente tenía las convulsiones se levantó de piso sin más- tomaron de rehén al guardiacárcel.

Luego, llegaron cuatro penitenciarios más que corrieron la misma suerte, y todo parecía indicar que comenzaría un motín, pero no fue así.

Casanova y un cómplice -"todos visiblemente empastillados", según declararon testigos- le quitaron la llave a uno de los rehenes y se fueron directo a la celda donde estaba Darío Vega González, a quien mataron de diez facazos.

Vega González, condenado por una terrible violación, falleció en el acto.

Después del asesinato, los tres presos pedían cosas sin sentido hasta que de a poco comenzaron a liberar a los penitenciarios y lo que parecía un motín quedó en apenas un asesinato, ya que todo lo que querían era matar al preso", coincidieron fuentes judiciales.

"El Matapresos" fue condenado por segunda vez a reclusión perpetua el 22 de marzo de 2012 por la Cuarta Cámara del Crimen, mientras que la misma suerte corrieron sus cómplices Mario Lorca y Sergio Barroso Olivares.

La condena fue el por crimen de Vega González, pero también por la la privación de libertad de los cinco penitenciarios en aquella extraña revuelta en la cárcel Almafuerte.

El asesinato del quinto recluso llegó el 29 de mayo de 2016 por la noche en una celda de máxima seguridad de Almafuerte.

"Picurú" estaba con su compañero de encierro, Andrés Florentino Peñaloza, de 22 años, un condenado a 17 años por homicidio y secuestro que había pedido estar ahí.

La convivencia duró solo 45 días y el 29 de mayo por la noche, el "Matapresos" atacó con una barreta metálica que había sacado de una de las patas de las camas y golpeó de manera contundente a Peñaloza.

El asesino presentaba la ropa ensangrentada y su mano derecha con heridas producidas por la fuerza que utilizó para dejar sin sesos a su compañero de celda.