A casi 25 años

Caso Adam: el misterio nunca resuelto del torso de niño africano que fue hallado en Londres

El macabro crimen se destapó tras el hallazgo de parte del cuerpo en el principal río que atraviesa esa ciudad. Rituales, sacrificios y preguntas sin respuestas

Septiembre de 2001. El mundo estaba conmovido todavía por los dos aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas en Estados Unidos. Pero a varios kilómetros de allí, el torso de un niño que estaba flotando en el principal río de Londres daría inicio a una de las historias policiales de Reino Unido más macabras e irresueltas de la historia. Un crimen que giró en torno a los sacrificios rituales de África.

Cualquier turista que alguna vez haya visitado Londres seguro tiene en su retina las imágenes frescas del río Támesis atravesando la ciudad, con distintos puentes que conectan ambas veras. Pero hay un hombre que nunca olvidará la imagen de un pequeño torso de niño flotando en el agua.

Fue el 21 de septiembre de 2001, diez días después del atentado terrorista en el World Trade Center de Estados Unidos. Y fue el punto de partida de una investigación marcada por rituales satánicos de África, pero signada por la falta de pruebas y el misterio que aún late.

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La simulación digital del torso que destapó el crimen.

La simulación digital del torso que destapó el crimen.

El torso de Adam

La Scotland Yard, la fuerza policial de Londres y una de las más selectas del mundo, activó todos los protocolos cuando un llamado informó que había una cadáver flotando en el río Támesis. Los restos fueron retirados del lugar y analizados en laboratorio. Los resultados fueron dispares: pocas certezas, pero escalofriantes.

El primer dato concreto fue que se trataba de un niño, varón, de entre 4 y 8 años, y que era originario de África, más concretamente de Nigeria. Al no poder identificarlo, ni siquiera hasta el día de hoy más de dos décadas después, los investigadores lo apodaron Adam. Tal vez fue para ponerle una entidad a la víctima de un brutal crimen satánico.

La necropsia determinó que Adam había sido envenado con una planta africana que produce un brutal efecto sedante ya que deja a sus víctimas conscientes pero sin poder moverse. En ese estado de parálisis es que al niño lo degollaron y luego le amputaron sus extremidades. No fue un trabajo improvisado. Los forenses determinaron que los cortes tenían una asombrosa precisión.

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La única prenda de ropa que tenía la víctima del crimen en Londres.

La única prenda de ropa que tenía la víctima del crimen en Londres.

El misterio sobre el asesino de Adam

Por las características del crimen, los investigadores de la Scotland Yard apuntaron a un ritual de brujería africana que utilizan restos de cuerpos de niño para realizar pociones. Pero la pesquisa no pudo avanzar mucho más que eso. Y por eso vino el pedido de ayuda público a la gente.

Claro, en un mundo conmovido todavía por el atentado de las Torres Gemelas, no tuvo la difusión correcta las recompensas que se ofrecían para esclarecer el crimen de Adam. Recién al año siguiente, a mediados de 2002, el caso empezó a tener mayor notoriedad. El propio Nelson Mandela emitió una cadena informativa en televisión que se transmitió en casi toda África y donde pidió ayuda para esclarecer el misterio.

En diciembre de 2006 el cuerpo de Adam fue enterrado en un cementerio de Londres. ¿Cómo fue trasladado con vida de África a Reino Unido? ¿Dónde ocurrió el crimen? ¿Por qué arrojaron parte de su cadáver en el río Támesis? Y, especialmente, ¿quiénes fueron los asesinos? Esas respuestas también quedaron enterradas junto a su cadáver.

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