COP30

Brasil: Bakú-Belém, entre la esperanza de financiamiento y la falta de rumbo

Las presidencias de las COP29 y COP30 (Azerbaiyán y Brasil) lanzaron este miércoles el documento que debería señalar caminos para ampliar el financiamiento climático

Esta semana comienza Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) 2025, en Brasil, y hay gran expectativa.

En Costa Rica el aumento del nivel del mar, una de las principales consecuencias del cambio climático, afecta a ciudades costeras del Pacífico y Caribe. Para 2100 se estima que este fenómeno alcance a, por lo menos, 27 mil personas en el país.

En la actualidad, cerca de 1000 millones de personas a nivel mundial ven cómo el mar le va ganando terreno a la costa y provoca una serie de problemas para las comunidades. La reubicación u otros tipos de soluciones significan grandes montos de dinero para los países con menor capacidad de adaptación debido a la falta de recursos.

Con el objetivo de que los países más vulnerables y menos contribuyentes al cambio climático puedan contrarrestar sus problemáticas, y también avanzar en la transición energética, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) busca impulsar metas de financiamiento desde hace diez años a través del Acuerdo de París, bajo el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas".

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En la última Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se acordó un nuevo objetivo de financiamiento climático. (Foto: NCQG)

En la última Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se acordó un nuevo objetivo de financiamiento climático. (Foto: NCQG)

Este concepto se refiere a que todos los países deben actuar, pero los países desarrollados, responsables históricos de la mayor parte de las emisiones y que poseen, además, más recursos, deben liderar la acción climática y apoyar financieramente a los países en desarrollo.

En la última Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP29, realizada en 2024 en Bakú, Azerbaiyán, se acordó un nuevo objetivo de financiamiento climático (NCQG por sus siglas en inglés).

El documento fija como meta que los países desarrollados "lideren" la entrega de 300 mil millones de dólares anuales hasta 2035 para las naciones en desarrollo. Además, se llama a todos los actores a escalar el financiamiento climático hacia los países en desarrollo hasta al menos 1.3 billones de dólares.

Sin embargo, la cifra de 300 mil millones quedó muy por debajo de las expectativas iniciales. La sociedad civil organizada, los países en desarrollo y diversos actores habían solicitado que el NCQG estableciera precisamente los 1.3 billones de dólares anuales como meta vinculante.

La brecha entre esa demanda y el monto finalmente acordado provocó varios días de estancamiento en las negociaciones. Como salida a esa discusión, se adoptó la llamada "Hoja de ruta de Bakú a Belém". Una acción con el objetivo de señalar caminos para ampliar el financiamiento hasta alcanzar los mencionados 1.3 billones de dólares.

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