A los 5', en el primer corner, el árbitro y el VAR no convalidaron un gol local por posición adelantada de Deyverson, en una jugada en la que también los brasileños reclamaron una mano.
River se fue acomodando de a poco en el partido ante el asedio de los dirigidos por Gabriel Milito que salieron decididos a hacer sentir la localía, algo que lograron a los 22' con el gol de Deyverson, quien eludió con categoría la salida de Armani.
River sintió el golpe de estar en desventaja por primera vez en toda la Copa Libertadores, pero salió a buscar el empate y generó peligro en una media vuelta de Colidio que salió muy cerca del palo y un disparo de Miguel Borja.
En el complemento el Mineiro empezó mejor y Gallardo metió mano en el equipo incluyendo a Villagra, Meza y Lanzini, buscando piernas frescas en el mediocampo y capacidad para generar juego asociado.
Pocos minutos más tarde toda esa búsqueda quedó en la nada con el segundo gol de Deyverson, quien definió de manera impecable con un tiro cruzado junto al palo.
Aunque Gallardo mandó de inmediato a la cancha a Solari y Bareiro, River acusó el golpe y ni hablar cuando solo un par de minutos más tarde llegó el tercero, un verdadero golazo de Paulinho que prácticamente sentenció la serie.
El resultado, contundente, obliga a River a tener que ganar por 4 goles en la revancha del próximo martes o al menos por 3 tantos para ir a los penales, algo que parece sumamente difícil de acuerdo a los últimos rendimientos que tuvo.
La ilusión de todos los riverplatenses de jugar la final en el Monumental (es la sede designada) el 30 de noviembre pende de un hilo o mejor dicho depende de una remontada que de concretarse sería histórica.