Lionel Messi no está bien, es un hecho. El argentino no es el mismo de otras temporadas. No es ese futbolista que ganaba partidos solo. Que se echaba el equipo al hombro y mantenía en pie al Barcelona más elogiable en años.
Lionel Messi no está bien, es un hecho. El argentino no es el mismo de otras temporadas. No es ese futbolista que ganaba partidos solo. Que se echaba el equipo al hombro y mantenía en pie al Barcelona más elogiable en años.
Esta temporada, la Pulga parece haberse convertido en un futbolista más. Puede que sea porque está en un equipo donde no quiere estar (dejó clara su intención de salir del equipo cuando finalice su contrato), porque extraña a su mejor socio en el ataque, Luis Suárez. El caso es que Messi no levanta cabeza y sus maravillosas jugadas, a las que nos tenía acostumbradas, son complicadas de encontrarlas a diario.
La derrota ante el Cádiz vino a reafirmar esta teoría. No le faltó voluntad a la Pulga, pero sí puntería. Aunque intentó liderar el ataque azulgrana, no estuvo fino. Las 29 pelotas que perdió en el Ramón de Carranza no son un dato menor. Es el partido en el que Messi perdió más posesiones en todo el año.
Otro dato que indica que algo pasa con Messi y que, sobre todo, la cosa ya viene desde el año pasado, son sus registros fuera de casa. Lleva dos goles en los últimos 16 compromisos de visitante con el azulgrana.