Análisis y opinión

"Si quieres que un problema perdure, crea una comisión"

Los peronistas suelen ser los principales refutadores de sí mismos. Lo confirmó Chiche Duhalde al dar un portazo a la Mesa del Hambre, ente que integraba, pero del que se fue argumentando que era algo hecho "para la gilada".

En una de sus tantas ocurrencias propias o adoptadas, esas que mezclaban sarcasmo, humor, crueldad extrema ("Al enemigo, ni Justicia") y harto conocimiento político callejero, Juan Domingo Perón dejó burilada, como si fuese propia, aquella frase que dice: "Si quieres que algo se solucione, designa a un responsable; pero si buscas que el problema perdure, crea una comisión".

Siempre que en política empezamos hablando de un peronista terminamos refiriéndonos a otro, como si una circularidad invisible estuviera en la genética de ese partido. Nos lo confirmó por estos días Hilda González de Duhalde, la Chiche Duhalde, ex legisladora nacional, ex primera dama nacional y bonaerense, y creadora de las famosas manzaneras que detectaban problemas sociales en el conurbano bonaerense, de donde ella y su marido Eduardo Duhalde provienen.

Los giles

Con ese desparpajo natural del que se creen investidos muchos peronistas, la Chiche decidió que era hora de advertirle a la sociedad que esa rumbosa comisión de notables conocida como la Mesa contra el Hambre, creada en diciembre del año pasado para generar políticas y acciones que evitaran ese mal, no era otra cosa que un decorado "para la gilada", una entidad que nunca había hecho nada concreto, por lo cual se había convertido en una puesta en escena que -dijo- no podía avalar.

"¿Qué sentido tiene estar reunida con gente que sólo va poner la cara porque son conocidos?", se preguntó la ex legisladora, la misma a la que alguna vez Cristina Fernández de Kirchner acusó de ser una de las peronistas que vivían colgadas de los apellidos de sus maridos. Eran los tiempos en que el matrimonio Kirchner decía haber iniciado un combate contra el "pejotismo", esto es, contra el viejo aparato electoral al que ellos venían a cambiar con una propuesta moderna, transversal.

Con la Estela, no

De vuelta de casi todo, la Chiche, se permitió cuestionar a uno de los íconos del kirchnerismo, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, también integrante de la Mesa contra el Hambre, de quien dijo que en una de las últimas reuniones de esa comisión usó todo su tiempo a dar una bajada de línea de lo que significaba el acuerdo con los acreedores extranjeros.

La Duhalde dice que ahí terminó por entender que estaba perdiendo el tiempo. Parece que Perón tenía razón con la creación de las comisiones. Y añadió que hace rato que en ese ente se habían olvidado del hambre y que no estaban resolviendo nada.

Todos los gobiernos tienen ámbitos específicos para solucionar problemas. Para eso están los ministerios, las secretarías, las direcciones. Y los especialistas. El único sentido que se le podría encontrar a una comisión rumbosa de rostros famosos (y en la que incluso alcanzó a dar una disertación Martín Caparrós, autor del libro El Hambre) es que estos ayuden a crear conciencia con campañas de difusión.

Por ejemplo ¿Qué sabe Marcelo Tinelli de éstas políticas? Su especialidad es el espectáculo, la producción artística, la conducción de programas de TV. Eso es lo suyo. Meterse (y meterlo) en otros bretes, es pavoneo. Si ni siquiera se ha podido lucir como dirigente del fútbol

Las cosas que están pasando en esta comisión tal vez sean resabio de esa fascinación que los políticos (de todos los partidos) suelen sentir por los artistas o por los famosos, los cuales, es sabido, son un fiasco en tareas ejecutivas de gobierno.