ANÁLISIS Y OPINIÓN

Qué tiene que ver Bielsa con un balotaje presidencial que nos tiene absortos

Argentina venía invicta en las eliminatorias del Mundial. No había con qué darnos. Vía Uruguay, Bielsa nos bajó a la realidad. Hizo política

Cuando el jueves pasado concluyó el partido entre la Argentina y Uruguay por las eliminatorias para el próximo Mundial de Fútbol, este columnista jugó con la idea de qué título hubiese usado en caso de tener que escribir una crónica sobre dicho encuentro. No lo dudó: "Bielsa 2 - Argentina 0".

El fútbol, claro, no es nuestra especialidad periodística. Creemos haber aprendido, en cambio, algunos palotes de esa ciencia apasionante que es la política. Con algunas de esas herramientas vamos a bocetar ciertos aspectos que dejó ese partido -más allá de lo futbolístico- y confrontarlo con los ánimos que estamos viviendo por estas horas ante un balotaje presidencial que nos tiene absortos, por no decir pasmados.

En la cancha ganó el seleccionado de Uruguay, conducido técnicamente por el argentino Marcelo Bielsa (68), apodado el Loco (tranquilos, este es inofensivo), un hombre con una trayectoria tan rica como polémica. Diríamos que en ese triunfo futbolístico de nuestros amigos orientales hubo un interesante componente de fibra argentina.

Los cheroncas

Argentina venía invicta en los partidos por las eliminatorias del Mundial. Nos gustaba cancherear con eso. Pensábamos que no había con qué darnos. Sin embargo fue otro argentino, dirigiendo a un Uruguay potente, el que nos cortó la racha. ¿Qué pasó? Pasó que Bielsa nos conoce hasta el tuétano.

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Eso quiere decir que sabe de nuestros piojos tanto como de las mejores virtudes. Y además es un hombre inteligente, que tiene mundo, que ha leído, y que viene de una familia de políticos. Sabe de conducción, tiene ascendiente, liderazgo, todas claves que son propias de la actividad política.

Bielsa sabe también del entretejido sociológico de los argentinos. Por eso paró con éxito a Lionel Messi y a sus muchachos y puso a pensar a Scaloni, un hombre sensato que debe haber aprendido un montón de este partido.

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El Uruguay de Marcelo Bielsa paró a la Scaloneta.

El Uruguay de Marcelo Bielsa paró a la Scaloneta.

Al final del encuentro, en el saludo que se dieron Bielsa y Scaloni, el Loco habló a favor de los "equipos de autor", que eso es lo que parecen ser tanto Argentina como este Uruguay de Bielsa, que en estas instancias eliminatorias no sólo le ha ganado a la Argentina sino también a Brasil, los dos grandes del fútbol sudamericano.

Idiosincrasia

Como los grandes compositores, que prueban y prueban varios registros hasta dar con los matices sonoros buscados, Bielsa sabe de idiosincracia argentina, sabe de nuestros caracteres, de armar equipos para exprimir lo mejor de cada uno. Conoce de técnica y de picardía.

En su larga carrera no siempre ha acertado, algunos quisieron "matarlo" cuando en el Mundial de Japón-Corea nos dejaron afuera al tercer partido jugado. Y habíamos llegado con contundentes triunfos en las eliminatorias.

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Cada país tiene tonos que lo hacen diferente y un "nervio" singular que lo moviliza. Bielsa conoce a la Argentina tanto como a Messi, por eso lo pudo frenar, y luego desconectar al equipo local para así lograr el resultado conocido a favor de Uruguay.

Parafraseando a Bielsa, deberíamos preguntarnos si la Argentina es permeable a ser, políticamente, un país de autor", como en el fútbol son los equipos de Bielsa y Scaloni?" Por lo pronto ese supuesto país de autor debería exigir a los presidentes que aprendan que llegar al Gobierno no es para perpetuarse en el poder, ya sea "per se" o través de cónyuges y otros parientes? Se trata de equipos.

Lo que mejor nos sale

Lo medular, la parte fundamental de todo este asunto, es si políticamente estamos dispuestos a extrapolar a la gestión pública algo de los triunfos de la Copa América y del Mundial de Qatar.

¿Tendremos esta vez los argentinos una Presidencia de autor, un compositor, un director de orquesta que evite las desafinadas o las entradas a destiempo? Alguien que contra todos los pronósticos nos de una buena sorpresa, que sea decidido pero austero, jugado por la eficiencia y la solidaridad, que no apele a épicas sentimentaloides y fanfarronas de la política ni a proyectos de ficción donde todo explota.

Si, como dicen, el fútbol es una de las cosas que mejor nos sale, si el fútbol es una pasión y la política una ciencia, por qué no exprimimos lo mejor de cada de esas actividades. Deberíamos hacer como Bielsa, un argentino que vino "desde afuera" a demostrarnos que si aplicamos nuestro autoconocimiento a tiempo, si nos exigimos mayor control de calidad, si nos calibramos mejor, seguramente vamos a evitar algunas malas decisiones políticas.