No estamos diciendo que la política no pueda tener detalles guarros o pintorescos. La política es un compendio de raciocinio y apasionamiento. Sugerimos, por el contrario, que cuando las formas enardecidas y vacías pasan a ser el centro de la actividad partidaria, el contribuyente está en problemas.
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PJ: otros tiempos
El peronismo de Mendoza, después de tantas derrotas, parece haber empezado a entender que otros tiempos se acercan. Y que haber salido terceros, tanto en las PASO como en las elecciones generales de la Provincia, son advertencias demasiado potentes como para no hacer autocrítica y tirar algunas señales a la ciudadanía.
Por ese lado fue interesante la reacción del PJ al darle aval a ciertos aspectos del Presupuesto, una actitud inteligente para no embarrar totalmente la cancha antes de tiempo.
El peronismo de Mendoza ha empezado a mutar su piel kirchnerista. Y se ha decidido por una aproximación a la autocrítica. No hacerlo sería impropio de un partido que considera al ejercicio del poder como una de sus máximas aspiraciones.
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Algunos de los peronistas que son referencia en la provincia.
Intento cornejista
En cuanto al cornejismo, ha quedado en evidencia que hay un intento de no romper lanzas antes de tiempo y de entender que hay que actuar de acuerdo a los resultados que marcaron las recientes elecciones mendocinas.
Cornejo ganó claramente, pero no fue a chicote alzado como en su primera gestión (2015-2019). Esta vez va a contar con menos legisladores e intendentes para pelear. Y además el Presidente de la Nación va a ser de otro signo político. No va a estar el baile para hacerse el áspero.
Asimismo, los años seguramente le han dado a Cornejo un poco más de serena sagacidad para no librar batallas desgastantes al cuete, máxime si el PJ empieza a deskirchnerizarse de a poco en busca de otra canción que ya no esté tan ajada, como dijo Axel Kicillof.
Apaciguar
En un momento tan erizado como el actual, ver que en la Legislatura de Mendoza hubo al menos un intento de apaciguar las aguas y de no bloquear de entrada a la nueva gestión (más que nada por respeto al reciente voto popular), suena a buena señal. Así lo ha recibido la población, necesitada de ánimos un poco más sosegados.
El peronismo provincial sabe que un sector no menor del radicalismo local va a votar, con un broche en la nariz, a Sergio Massa, y rápido de reflejos el PJ ha preferido abrir un cauce con algunos gestos como el de la Legislatura, para que esos votos no terminen yendo a parar al fanático Milei.
Quizás para diferenciarse, La Unión Mendocina, de Omar De Marchi, haya sido el partido opositor que ha mostrado la cara más dura e inflexible contra la aprobación del Presupuesto. El lujanino salió como una tromba a denunciar ese acuerdo de "los viejos socios radicales y peronistas".
La bronca de De Marchi se acentuó porque dos de los legisladores de La Unión Mendocina, Jorge Difonso y Gabriel Vilche votaron a favor del Presupuesto. De Marchi trató de "traidor" a Vilche (PRO), quien le recordó que es una práctica consentida que al nuevo gobernador se le apruebe el Presupuesto como una muestra de confianza por tener el aval mayoritario de los votantes.
Conclusión: no está mal para oficialistas como opositores defender criteriosamente su fracción política. Lo que no está bien es que eso vaya por encima del interés de los mendocinos.
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