Imagen y voto
Suponemos que el doctor Manes ya debe saber que no es lo mismo tener una muy buena imagen pública que transformar eso en intención de voto. De la misma manera que es muy distinto enfrentarse con un cerebro humano en una cirugía programada, que tener que lidiar en el reñidero político o chapotear en las oscuras aguas del poder.
¿Por qué cree usted que William Shakespeare tiene tanta actualidad después de cinco siglos. Porque buena parte de su obra es un fascinante tour (de force) por las cloacas del poder y por las profundidades de la mente humana. Quizás podamos pensar que al conocer al milímetro cómo funciona un cerebro, Manes podría estar en condiciones de actuar de mejor manera en política.
Pero no es tan fácil, ojalá las cosas fueran más simétricas. Mucha gente normal y decente que se metió en política en puestos expectantes terminó para el traste, sin lucirse, porque no supo conciliar ese don de gentes, con otras particularidades que exige el ejercicio político: la astucia, el carisma, la destreza, el liderazgo, la maldad dosificada.
"Todo poder tiende a corromper, pero el poder absoluto corrompe absolutamente. Los grandes hombres casi siempre son hombres malos", nos enseñó con acidez Lord Acton sintetizando lo que otros pensadores habían dicho de manera similar. Con menos virulencia, María Eugenia Vidal ha admitido que "cuando uno está en el poder pierde humildad, se vuelve intolerante a las críticas".
Ahí te quiero ver
Lo otro a destacar es que a Manes le falta mucho por hacer dentro de la coalición en la que se ha cobijado. A él lo propone la UCR, lo cual ya suena como un viento fresco dentro de ese partido centenario. Pero el PRO también tiene sus candidatos para encabezar la lista. Unos son empujados por los halcones y otros por las palomas. Y después, claro, están los que postulará la Coalición Cívica de Lilita Carrió, incluso ella se ve para el mismo puesto que Manes.
No es que se la vayan a hacer placentera a Manes. Todo hace prever que las PASO de Juntos por el Cambio van a calentar el ambiente hasta el nivel caldera. Ni Macri-Bullrich, por un lado, ni Rodríguez Larreta-Vidal, por el otro, van a entregar tan fácilmente el primer puesto en la provincia de Buenos Aires. Hay que admitir que la jugada de los radicales es muy buena por lo inesperada. Con Manes, la UCR saca de la galera otra manera de plantarse ante el PRO y de pelearle más y mejores espacios de poder.
Facundo Manes ha dicho que se tomará unos días para aceptar el ofrecimiento de la UCR (en realidad, para ver lo que digan las encuestas sobre este lanzamiento) pero todos concuerdan que esta vez sí se meterá en política.
¿Estará de la cabeza el doctor? Lo suyo es como tirar un rompeportones en la puerta del PRO, el sector de la coalición opositora que daba por descontado que seguiría cortando el bacalao.