Es hijo de un dentista peronista que fue intendente en el municipio jujeño de San Pedro. Algunos han creído ver en esa jujeñidad sus contrariedades con el mendocinismo.
Y otra cosa: en su recorrido político fue un hombre audaz. Le gustaba darse chapa. Una vez le aseguró al periodista Andrés Gabrielli que era lector del filósofo polaco Zygmunt Bauman, autor del libro "La modernidad líquida" sobre la fluidez de las relaciones que no permiten asirse a nada. ¿Profético?
El dolor de ya no ser
En esta reaparición en público Paco Pérez remarcó que está "orgulloso de haber sido gobernador de Mendoza". Mucha ciudadanía bien educada podría decirle "nosotros no compartimos ese orgullo", pero se callan porque creen que la condena social contra él ha sido republicana y severa. Y no es de bien nacido no dar otra oportunidad.
Y si bien admite que tuvo "errores y defectos", también cree ser portador de "muchos aciertos". Dejó el gobierno en 2015 con uno de los índices de aprobación más bajos que se recuerde. Y a la Provincia llena de problemas financieros. Y de desprestigio por su afán de quedar pegado con el kirchnerismo.
Si hubiera estudiado mejor al mendocinismo sabría que la genuflexión ante la Casa Rosada es algo que el mendocino tipo detesta al igual que el oposicionismo a la bartola. Paco Pérez aceptó que desde Olivos se digitaran hasta los nombres de los candidatos que debían ir en las listas del peronismo mendocino. Y sin embargo Cristina lo ninguneaba sin asco a Pérez.
El regalito que dejó
Al concluir su mandato dejó atrasos en el pago de sueldos, cortes en la cadena de pagos a los proveedores, un parate en las obras públicas y un sinnúmero de problemas de gestión, muchos de ellos motivados por haber puesto a la Provincia bajo los dictados de Cristina Kirchner. Y, en otros casos, a merced de los gremios estatales que cogobernaron con él.
Pérez niega que con esta reaparición pretenda cargos o puestos electivos en el peronismo. "Ya no protagonizo la política", asegura. Dice que a los cargos les cerró la puerta el último día que fue gobernador e insistió que esto es fruto de una decisión "personal y familiar". Pero cree, en cambio, que puede hacer aportes sobre su experiencia de gestión. "En ese sentido, donde me necesiten ahí estaré".
Estamos tentados de decirle "muchas gracias Pérez, pero no hace falta que se moleste". Sin embargo optaremos por un compasivo y sano silencio.