Casi fiscal nacional
Carrió, empoderada como fiscal informal de la política nacional, un physique du rôle que le sale de taquito, cree tener autoridad moral para decir lo que se le ocurra. Hay que admitir que sobre Macri debe saber de qué está hablando. Ella fue de las que más lo avaló, aunque en muchos tramos críticamente, durante la etapa presidencial de Cambiemos, en particular durante el último trecho de la gestión.
Ahora el bombazo que tiró Carrió dice así: Macri tiene un lado claro y otro lado oscuro. Como la luna de Pink Floyd, agregamos nosotros. Y es esa zona densa, críptica, la que el ex presidente estaría privilegiando para que a Juntos por el Cambio se le complique la elección, incluso si Patricia Bullrich se consagra como la candidata.
Traducción al lenguaje coloquial: Macri no se presenta para candidato presidencial porque sabe que no le dan los números y entonces rompe los quinotos para demostrar que sigue teniendo el poder de Grayskoll, como He Man.
Pero, además, dice, a Macri lo mata la ambición y eso lo lleva a seguir buscando poder no sólo en la política sino también en el fútbol. Es el titular de la Fundación de la FIFA a nivel internacional y ya ha anunciado que quiere volver a dirigir a Boca Juniors.
Antes y ahora
Resulta, afirma la dama, que Macri parece haber olvidado que fue el macrismo quien instaló en 2015 la idea de una coalición abierta a radicales y peronistas, y ahora que JxC necesita oxigenar y ampliar la base de sustentación, Macri quiere cerrar todo, echar flit y no dejar entrar a nadie y menos que menos al cordobés Schiaretti porque, sospecha, que lo único que busca es empiojar la política cordobesa. También le ha cortado el paso al liberal José Luis Espert.
Sin medias tintas, Carrió asegura que es el PRO el que está generando un internismo desbocado en Juntos por el Cambio. La pelea entre Larreta y Bullrich -asegura- tiene que buscar un cauce superador y para ello reclama que la junta del PRO reúna sus instancias directivas para que pongan un poco de cordura.
Es más: intuye que Macri le está jodiendo la existencia a la propia Patricia Bullrich con la intención de seguir demostrando que la última palabra es la suya. Lilita se ha preguntado, sin diplomacia, si el creador del PRO no estará pretendiendo convertirse en la Cristina Kirchner de Bullrich.
El merengue
No obstante, en su visita a Mendoza en este comienzo de semana Patricia Bullrich no quiso meterse con los dichos de Lilita Carrió, estuvo menos frontal y peleadora que otras veces, y pidió cuidar a Mauricio Macri de las críticas dentro del PRO.
Carrió disparó además contra el santafesino Federico Angelini, quien asumió la presidencia del PRO nacional cuando la Bullrich se lanzó de lleno a la precandidatura presidencial. Calificó a Angelini de puntero de Antonio Bonfantti, ex gobernador de Santa Fe, al que ella siempre vinculó con el narcotráfico.
En las últimas horas, en Córdoba, Macri eligió mofarse de las declaraciones de Lilita y dijo que efectivamente él tiene un lado oscuro que lo lleva a salir por las noches, convertido en Batman, a combatir el crimen.
Sin embargo, Macri pasó de inmediato a la seriedad para fustigar a Horacio Rodríguez Larreta por haber propuesto en soledad que el gobernador peronista de Córdoba, Juan Schiaretti, ingrese a JxC. Lo consideró una falta de respeto y una traición al radicalismo cordobés ya que eso no había sido tratado por los referentes de los tres sectores que componen la coalición opositora al kirchnerismo.
Pese a todo este merengue que se vive en el PRO, Carrió cree que no hay peligro de quiebre en JxC porque los radicales y la Coalición Cívica son dos tercios de esta coalición y están de acuerdo en que hay que ampliarla.