Análisis y opinión

El kirchnerismo inicia un lento y asordinado retiro para favorecer que el peronismo cambie la piel

Cada vez que desde la oposición prometen "aniquilar" o "desterrar" al kirchnerismo del escenario político, terminan alargándole la vida

Si la retirada del kirchnerismo se consolida, va a ser como fruto de una implosión lenta y con sordina. Es más, ya ha comenzado ese proceso. El tema es que cada vez que desde la oposición prometen "aniquilarlo" o "desterrarlo" del escenario político, pareciera que le alargan la vida.

El verdugo más eficiente y "natural" del kirchnerismo se llama peronismo. Es la misma entelequia política que con anterioridad ya parió al menemismo o al duhaldismo y luego los evaporó. Por derecha, por el centro o por izquierda, el peronismo siempre está. Ni hablar de su etapa más terrible, la de los años '70, cuando los ultras de izquierda y derecha del peronismo abrieron un aquelarre espantoso de violencia durante los gobiernos constitucionales de Cámpora, Perón e Isabel.

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Cristina Fernández, la representante número 1 del kirchnerismo en la Argentina tras la muerte de Néstor Kirchner.

Cristina Fernández, la representante número 1 del kirchnerismo en la Argentina tras la muerte de Néstor Kirchner.

Piel y música

El peronismo necesita cambiar de piel para poder crecer, acorde a sus nuevas necesidades hormonales. Electoralmente el kirchnerismo está estancado o en retroceso. Ya no hay juventudes que quieran formar parte de los "pibes para la liberación". Esos pibes están ahora con Javier Milei. Y la intelectualidad kirchnerista está de capa caída. Los miles y miles de conchabados en el Estado en las cuatro gestiones kirchneristas ya han pasado a planta permanente con lo cual la fidelidad se difumina.

Así como Axel Kicillof "decretó" que el peronismo necesita de una nueva música, porque la que venían silbando ya está muy gastada, así también los artistas que adherían al kirchnerismo salieron rápidamente a dar su aval a Sergio Massa como tabla de salvación ante tantos dislates del tándem Alberto-Cristina.

Saben con precisión que en la cuarta versión del kirchnerismo (2019-2023) no volvieron mejores sino peores. Con Alberto Fernández y Cristina Kirchner empeoró casi todo.

El menemismo duró 10 años en el poder. El duhaldismo muchísimo menos. Esas dos formas de hacer peronismo fueron borrados por la aparición de Néstor Kirchner, quien hizo andar el motor kirchnerista, ese que después fue consolidado e ideologizado a placer por las dos gestiones de Cristina Kirchner.

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El verdugo "natural" del kirchnerismo se llama peronismo. ¿Será Sergio Massa quien encarne el nuevo "ismo" dentro de ese partido que no deja de sorprender?

El verdugo "natural" del kirchnerismo se llama peronismo. ¿Será Sergio Massa quien encarne el nuevo "ismo" dentro de ese partido que no deja de sorprender?

¡Oooooso!

Es notable la ductilidad morfológica que puede adquirir el peronismo. La estructura interna de ese organismo político hace que a veces lo veamos como algo terminal y sin embargo el peronismo vuelve a hacerle pito catalán a los incrédulos. Y desde la tribuna nacional y popular se vuelve a sentir el "¡Ooooooso!" con el que advierten, felices, que otra vez lograron despistar.

La cuarta versión del kirchnerismo, con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, ha sido un fracaso rotundo de gestión. Sin embargo, en la primera vuelta de las recientes presidenciales triunfó el candidato peronista, que en las PASO había salido tercero y que además sigue siendo el ministro de Economía de un gobierno presuntamente en retirada.

¿Será Massa el nuevo Menem o una versión rediviva de Néstor que, en nombre del peronismo, viene a hacer con el kirchnerismo lo que no pudieron concretar ninguno de los partidos opositores, en particular Juntos por el Cambio?

Lo concreto es que una porción importante de los votantes ha desechado, sin dejar lugar a dudas, la oferta de la coalición opositora encabezada por Patricia Bullrich, a la que los sondeos solían poner a la cabeza de las preferencias. También muchos se terminaron de convencer de que la propuesta de Milei era más alocada y peligrosa de lo que se preveía, y frenaron a tiempo. En ambos casos fue ganancia neta para Massa.

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Sergio Massa, el actual ministro de Economía de la Nación y candidato a presidente de Unión por la Patria.

Sergio Massa, el actual ministro de Economía de la Nación y candidato a presidente de Unión por la Patria.

Traductores, se necesitan

Los cientistas políticos tienen un muy intrincado trabajo por delante. Es el de desentrañar por qué los votantes han puesto en primer lugar a Massa a pesar de que la inflación sigue golpeando más fuerte en los bolsillos de los que menos tienen.

El kirchnerismo está sufriendo en cámara lenta esa acción "natural" que acomete el peronismo para reinventarse. A Juan Domingo Perón le encantaba usar la palabra "natural" para asociarla al peronismo.

Ser peronista era -en su relato- lo normal, lo necesario, lo justo, lo que encajaba en la realidad argentina. Por eso la fama de aquella boutade tan conocida de que "en la Argentina se puede ser liberal, comunista o conservador, pero en el fondo, peronistas somos todos".

En esa forma de pensar y sentir, el peronismo es como la divinidad de una mitología suburbana que todo lo da y todo lo quita y que incluso se come a algunos de sus hijos si es necesario. El historial del movimiento parece haber dispuesto que ahora se debe renovar.

Otro "ismo" se prepara para suplantar al kirchnerismo y cambiar de piel. Y el apellido Massa es corto y conciso, ideal para agregarle el sufijo aludido.