Los documentos han sido recientemente descubiertos por la "Comisión de la Verdad", creada a petición de la presidenta, Dilma Rousseff, para investigar los abusos ocurridos durante el régimen militar (1964-1985). La "Comisión de la Verdad" ya informó en agosto que había encontrado señales de que docenas de compañías, entre ellas Volkswagen y otras automotrices extranjeras, habían ayudado a los militares a identificar a los activistas sindicales de la década de 1980 para reprimir el descontento laboral.
Según los líderes de la comisión, unas 20 páginas de documentos marcadas como "confidencial" que Volkswagen dio a los militares entre 1983 y 1984 aportan la prueba más clara hasta el momento de que algunas empresas fueron más allá de ayudar a los militares recopilando sus propios datos sobre las actividades sindicales y compartiéndolas. En los documentos, Volkswagen aportó extensos informes sobre más de una docena de reuniones sindicales celebradas en San Pablo, detallando planes como la celebración de huelgas de trabajadores o demandas de mejoras salariales y condiciones laborables. También especifica los nombres de quienes acudían a esas reuniones y, al menos en dos casos, la marca y la patente de los vehículos presentes. Además, la empresa informó al régimen de que trabajadores exhibían películas con temática socialista, repartían folletos e incluso que algunos "fueron sorprendidos fumando marihuana". Estas informaciones, en la mayoría de los casos, eran utilizadas por la policía para detener a los activistas con la intención de desalentar futuros disturbios, según ha declarado Sebastiao Neto, miembro de la "Comisión de la Verdad". "Estos documentos muestran con excepcional claridad cómo las compañías esperaban que el gobierno les ayudase a resolver sus problemas con sus trabajadores" dijo Neto, que supervisa la investigación de la comisión sobre los vínculos entre las empresas y los militares.