Un relicario con la sangre del papa Juan Pablo II fue robado de una iglesia remota en las montañas de Italia, más precisamente en la provincia de L'Aquila, en los Abruzos. Las autoridades creen que el robo fue cometido por un grupo satánico.
Las autoridades italianas advirtieron que el hurto de la reliquia con restos de la sangre del Papa sería utilizada para rituales demoníacos.