También destruyeron barreras de protección y armados con palos enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los manifestantes.
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Un grupo de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.
Acusan de complicidad al gobernador de Brasilia
Los manifestantes rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos en el Planalto y el STF.
Llegaron en caravanas de todo el país, mientras Bolsonaro se encuentra en Orlando, Estados Unidos, adonde viajó tras abandonar el poder.
"Estos actos antidemocráticos deben sufrir el rigor de la ley", afirmó el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
La situación fue comparada con la invasión al Capitolio, el Congreso de Estados Unidos, en enero de 2020 para desconocer la derrota electoral del entonces presidente Donald Trump, aliado de Bolsonaro.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) gobernante, Gleisi Hoffmann, acusó al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, un aliado de Bolsonaro, de haber liberado la zona para permitir el avance de los golpistas.
Los manifestantes estaban en las oficinas de los colaboradores de Lula y rompiendo los objetos a su paso dentro del Planalto, según la televisora CNN Brasil.
El secretario de Seguridad de Brasilia es Anderson Torres, quien fuera ministro de Justicia de Bolsonaro.
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Con el correr de las horas las fuerzas del gobierno brasileño comenzaban a retomar el control de los edificios de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que habían sido tomados por los bolsonaristas.
Policías y militares, en algunos casos con la utilización de gases lacrimógenos, y tanto caballos, como móviles y medios aéreos retomaban varios sectores de los edificios que habían sido tomados por miles de simpatizantes radicalizados del ex presidente Jair Bolsonaro, los cuales causaron destrozos de instalaciones y mobiliarios.