Wladimir Sepúlveda Arce fue objeto de una brutal paliza hace seis meses motivada, aparentemente, por su homosexualidad. En octubre de 2013, cuatro individuos de una localidad ubicada al sur de Santiago de Chile no dudaron en golpear al joven, de 21 años, hasta dejarle en estado de coma y terminar, como finalmente ha sucedido, poniendo fin a su vida.
Los golpes propinados por estos cuatro individuos provocaron a Wladimir un daño cerebral severo y su muerte se suma, según ha apuntado en Twitter el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), a la vida de otros dos jóvenes fallecidos por las mismas causas. Tanto la organización como la familia del joven Wladimir presentarán una denuncia contra los responsables del ataque, que podría ser muy parecido al que en marzo de 2012 costó también la vida a Daniel Zamudio, otro joven chileno asesinado a manos de una pandilla radical y cuyo caso conmocionó a todo el país.
De hecho, el asesinato de Zamudio sirvió para materializar una Ley contra la Discriminación que definiera penas contra aquellos que manifiestan conductas racistas, homofóbicas o discriminatorias, particularmente en el ámbito laboral, educativo y en agresiones callejeras.
Móvil homofóbico
El Ejecutivo chileno no ha dudado en mostrar sus condolencias a la familia tras la noticia del fallecimiento que, además, considera que "demuestra cuánto nos queda todavía por avanzar", tal y como señaló el político Álvaro Elizalde en un comunicado emitido el domingo. "El fallecimiento de Wladimir Sepúlveda, quien llevaba meses luchando por su vida, es un hecho doloroso y lamentable", agregó el político, al tiempo que mandó un "abrazo solidario" a sus familiares.
El fiscal encargado de la investigación en torno a la muerte de Sepúlveda, Jorge Mena, ha asegurado tras el fallecimiento que uno de sus objetivos es probar que el asesinato del joven chileno tuvo un móvil homofóbico, con el fin de enmarcar el juicio en la nueva normativa contra la discriminación, conocida también como "ley Zamudio".
Fuente: elmundo.es